LAUDES
Oración de la mañana
"Si el alma hace buen
uso
de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
Él nos enseñó, por medio de sus preceptos,
que debemos redituarle frutos
de todas las virtudes
que sembró en nosotros al crearnos".
de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
Él nos enseñó, por medio de sus preceptos,
que debemos redituarle frutos
de todas las virtudes
que sembró en nosotros al crearnos".
San Columbano.
Toda su temática alude al despertar y a su equivalencia simbólica con la resurrección. En las comunidades religiosas, el horario habitual es las 7 de la mañana, aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida: lo normal es entre 6 y 10 hs.
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Invitatorio
Cuando Laudes es la
primera oración litúrgica de la mañana se puede agregar el salmo Invitatorio
antes del himno.
Si no, † se
hace la señal de la cruz mientras se dice:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Se añade el Salmo del
Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. ¡Aleluya!
Salmo 94 Invitación a la Alabanza Divina
Anímense unos a otro, día tras día, mientras perdura el hoy. Heb 3, 13
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. ¡Aleluya!
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. ¡Aleluya!
Salmo 94 Invitación a la Alabanza Divina
Anímense unos a otro, día tras día, mientras perdura el hoy. Heb 3, 13
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. ¡Aleluya!
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
El salmo
94 puede sustituirse por el 99, el 66 o el 24. En tal caso,
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
Ant. Verdaderamente ha
resucitado el Señor. ¡Aleluya!
Salmo 99: Alegría de los que entran en el templo
El Señor manda que los
redimidos entonen un himno de victoria (S. Atanasio)
Se recita la antífona que
corresponda y la asamblea la repite.
Aclama al Señor, tierra entera,
sirvan al Señor con alegría,
entren en su presencia con vítores.
Se repite la antífona.
Sepan que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Se repite la antífona.
Entren por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
Se repite la antífona.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Se repite la antífona.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. ¡Aleluya!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. ¡Aleluya!
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor
Sepan que la salvación de
Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28)
Ant. 1 Verdaderamente ha resucitado el Señor.
¡Aleluya!
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor.
¡Aleluya!
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor.
¡Aleluya!
Salmo 24: Entrada solemne de Dios en su templo
Las puertas del cielo se
abren ante Cristo que, como hombre, sube al cielo (S. Ireneo)
Se recita la antífona que
corresponda y la asamblea la repite.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
Se repite la antífona.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
Se repite la antífona.
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Se repite la antífona.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia. Dios de Jacob.
Se repite la antífona.
¡Portones!, alcen los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
Se repite la antífona.
¡Portones!, alcen los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor.
¡Aleluya!
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Himno: El
agua pura, don de la mañana.
El agua pura, don de la mañana,
da a los ojos el brillo de la vida,
y el alma se despierta cuando escucha
que el ángel dice: «¡Cristo resucita!»
¡Cómo quieren las venas de mi cuerpo
ser música, ser cuerdas de la lira,
y cantar, salmodiar como los pájaros,
en esta Pascua santa la alegría!
Miren cuál surge Cristo transparente:
en medio de los hombres se perfila
su cuerpo humano, cuerpo del amigo
deseado, serena compañía.
El que quiera palparlo, aquí se acerque,
entre con su fe en el Hombre que humaniza,
derrame su dolor y su quebranto,
dé riendas al amor, su gozo diga.
A ti, Jesús ungido, te ensalzamos,
a ti, nuestro Señor, que depositas
tu santo y bello cuerpo en este mundo,
como en el campo se echa la semilla. ¡Amén!
El agua pura, don de la mañana,
da a los ojos el brillo de la vida,
y el alma se despierta cuando escucha
que el ángel dice: «¡Cristo resucita!»
¡Cómo quieren las venas de mi cuerpo
ser música, ser cuerdas de la lira,
y cantar, salmodiar como los pájaros,
en esta Pascua santa la alegría!
Miren cuál surge Cristo transparente:
en medio de los hombres se perfila
su cuerpo humano, cuerpo del amigo
deseado, serena compañía.
El que quiera palparlo, aquí se acerque,
entre con su fe en el Hombre que humaniza,
derrame su dolor y su quebranto,
dé riendas al amor, su gozo diga.
A ti, Jesús ungido, te ensalzamos,
a ti, nuestro Señor, que depositas
tu santo y bello cuerpo en este mundo,
como en el campo se echa la semilla. ¡Amén!
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O bien:
O bien:
Himno: Señor,
tú me llamaste.
Señor, tú me llamaste
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu
gracia,
para anunciar la buena
nueva,
para sanar las almas.
Instrumento de paz y de
justicia,
pregonero de todas tus
palabras,
agua para calmar la sed
hiriente,
mano que bendice y que
ama.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones
heridos,
para gritar, en medio de
las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los
que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus
dedos,
haz lo que quieras
conmigo.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya
cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste
como hermanos.
Señor, me quieres para
abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el
pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos
del rebaño. ¡Amén!
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O bien:
O bien:
Himno: Estaba al alba María.
Estaba al alba María,
Estaba al alba María,
porque era la enamorada.
«¡María!», la voz amada.
«¡Rabbuní!», dice María.
El amor se hizo un abrazo
junto a las plantas benditas;
las llagas glorificadas
ríos de fuego y delicia;
Jesús, esposo divino,
María, esposa cautiva.
Estaba al alba María,
para una unción preparada.
Jesús en las azucenas
al claro del bello día.
En los brazos del Esposo
la Iglesia se regocija.
¡Gloria al Señor encontrado,
gloria al Dios de la alegría,
gloria al Amor más amado,
gloria y paz, y Pascua y dicha! ¡Aleluya!
Estaba al alba María,
es Pascua en la Iglesia santa. ¡Aleluya!
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SALMODIA
Ant 1. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. ¡Aleluya!
Salmo 79 (80): Ven a visitar tu Viña.
Ven, Señor Jesús. (Apoc 22, 20)
Pastor de Israel, escucha,
Ant 1. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. ¡Aleluya!
Salmo 79 (80): Ven a visitar tu Viña.
Ven, Señor Jesús. (Apoc 22, 20)
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a
un rebaño;
tú que te sientas sobre
querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y
Manasés;
despierta tu poder y ven a
salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Señor Dios de los
ejércitos,
¿hasta cuándo estarás
airado
mientras tu pueblo te
suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las
disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se
burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos,
restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles,
y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y
echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las
montañas,
y sus pámpanos, los cedros
altísimos;
extendió sus sarmientos
hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran
Río.
¿Por qué has derribado su
cerca
para que la saqueen los
viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las
alimañas?
Dios de los ejércitos,
vuélvete:
mira desde el cielo,
fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra
plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han
prendido fuego:
con un bramido hazlos
perecer.
Que tu mano proteja a tu
escogido,
al hombre que tú
fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que
invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los
ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración para el
Salmo
Señor Dios, pastor eterno, cuidas tanto la viña que sembraste
que ahora ella extiende sus ramas hasta la costa más lejana.
Desde lo alto, mira a tu Iglesia y ven a nosotros.
Ayúdanos a permanecer en tu Hijo como ramas en la vid,
para que, plantados firmemente en tu amor,
trabajando en todas partes, podamos testificar ante todo el mundo tu gran poder.
Ant. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. ¡Aleluya!
Señor Dios, pastor eterno, cuidas tanto la viña que sembraste
que ahora ella extiende sus ramas hasta la costa más lejana.
Desde lo alto, mira a tu Iglesia y ven a nosotros.
Ayúdanos a permanecer en tu Hijo como ramas en la vid,
para que, plantados firmemente en tu amor,
trabajando en todas partes, podamos testificar ante todo el mundo tu gran poder.
Ant. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. ¡Aleluya!
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Ant 2. Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. ¡Aleluya!
Cantico - Is 12, 1-6: Acción de Gracias del Pueblo Salvado
El que tenga Sed que venga a mi y beba. (Jn 7, 37)
Te doy gracias, Señor,
Ant 2. Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. ¡Aleluya!
Cantico - Is 12, 1-6: Acción de Gracias del Pueblo Salvado
El que tenga Sed que venga a mi y beba. (Jn 7, 37)
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado
contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi
poder
es el Señor, él fue mi salvación.
es el Señor, él fue mi salvación.
Y sacarán aguas con gozo
de las fuentes de la
salvación.
Aquel día, dirán: Den
gracias al Señor,
invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus
hazañas,
proclamen que su nombre es
excelso.
Tañan para el Señor, que
hizo proezas;
anúncienlas a toda la
tierra;
griten jubilosos,
habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio
de ti
el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. ¡Aleluya!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. ¡Aleluya!
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Ant 3. El Señor nos alimentó con flor de harina. ¡Aleluya!
Salmo 80 (81): Renovación de la Alianza.
Miren que no tenga nadie un corazón malo e incrédulo. (Heb. 3, 12).
Ant 3. El Señor nos alimentó con flor de harina. ¡Aleluya!
Salmo 80 (81): Renovación de la Alianza.
Miren que no tenga nadie un corazón malo e incrédulo. (Heb. 3, 12).
Aclamen a Dios, nuestra fuerza;
den vítores al Dios de Jacob:
acompañen, toquen los
panderos,
las cítaras templadas y
las arpas;
toquen la trompeta por la
luna nueva,
por la luna llena, que es
nuestra fiesta;
porque es una ley de
Israel,
un precepto del Dios de
Jacob,
una norma establecida para
José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje
desconocido:
«Retiré sus hombros de la
carga,
y sus manos dejaron la
espuerta.
Clamaste en la aflicción,
y te libré,
te respondí oculto entre
los truenos,
te puse a prueba junto a
la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy
testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases,
Israel!
No tendrás un dios
extraño,
no adorarás un dios
extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de
Egipto;
abre tu boca y yo la
saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó
mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón
obstinado,
para que anduviesen según
sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi
pueblo
y caminase Israel por mi
camino!:
en un momento humillaría a
sus enemigos
y volvería mi mano contra
sus adversarios;
los que aborrecen al Señor
te adularían,
y su suerte quedaría
fijada;
te alimentaría con flor de
harina,
te saciaría con miel
silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración para el Salmo
Señor Dios, abre nuestra boca para proclamar tu Gloria.
Ayúdanos a dejar atrás el pecado y regocijarnos profesando tu nombre.
Ant. El Señor nos alimentó con flor de harina. ¡Aleluya!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración para el Salmo
Señor Dios, abre nuestra boca para proclamar tu Gloria.
Ayúdanos a dejar atrás el pecado y regocijarnos profesando tu nombre.
Ant. El Señor nos alimentó con flor de harina. ¡Aleluya!
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Lectura Breve Rm
14, 17-19
Si Cristo está en ustedes, aunque su cuerpo haya muerto por causa del pecado,
el espíritu tiene vida por la justificación.
Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes,
el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también
sus cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en ustedes.
Silencio Sagrado (indicado por una campana)
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones
la plena resonancia de la voz del Espíritu Santo y unir nuestra oración personal
más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Si Cristo está en ustedes, aunque su cuerpo haya muerto por causa del pecado,
el espíritu tiene vida por la justificación.
Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes,
el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también
sus cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en ustedes.
Silencio Sagrado (indicado por una campana)
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones
la plena resonancia de la voz del Espíritu Santo y unir nuestra oración personal
más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio Breve
V. El Señor ha resucitado del sepulcro. ¡Aleluya, aleluya!
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. ¡Aleluya, aleluya!
V. El que por nosotros colgó del madero.
R. ¡Aleluya, aleluya!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. ¡Aleluya, aleluya!
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Cántico Evangélico
Ant. «Un poco de tiempo y no me verán -dice el Señor-;
todavía otro poco y me volverán a ver, porque me voy al Padre.» ¡Aleluya!
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. «Un poco de tiempo y no me verán -dice el Señor-;
todavía otro poco y me volverán a ver,
porque me voy al Padre.» ¡Aleluya!
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Preces
Oremos confiados a Dios Padre,
que quiso que Cristo fuera la primicia de la resurrección de los hombres, y aclamémoslo, diciendo:
Oremos confiados a Dios Padre,
que quiso que Cristo fuera la primicia de la resurrección de los hombres, y aclamémoslo, diciendo:
R./ Que el Señor
Jesús sea nuestra vida.
Tú que por la columna de
fuego iluminaste a tu pueblo en el desierto,
- ilumina hoy con
la resurrección de Cristo el día que empezamos.
Tú que por la voz de
Moisés adoctrinaste a tu pueblo en el Sinaí,
- haz que Cristo,
por su resurrección, sea hoy palabra de vida para nosotros.
Tú que con el maná
alimentaste a tu pueblo peregrino en el desierto,
- haz que Cristo,
por su resurrección, sea durante este día nuestro pan de vida.
Tú que por el agua de la
roca diste de beber a tu pueblo en el desierto,
- por la
resurrección de tu Hijo danos hoy parte en tu Espíritu de vida.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir:
- Padre Nuestro…
Oración
Señor, Dios nuestro, que has otorgado a tu pueblo el don de la redención,
concédenos vivir eternamente la alegría de la resurrección de tu Hijo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Señor, Dios nuestro, que has otorgado a tu pueblo el don de la redención,
concédenos vivir eternamente la alegría de la resurrección de tu Hijo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El Señor esté
con ustedes.
R. Y con tu
espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si
se despide de la comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En
el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro
no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga, †
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. En Paz
R. ¡Amén!
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Tiempo Pascual -
Jueves VI – Propio del Tiempo. Salterio
II
VÍSPERAS
Oración de la tarde
Sus
motivos aluden al fin del trabajo y del día activo,
y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado.
Los días que preceden a una Solemnidad no tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas,
pero para los domingos y solemnidades,
que comienzan la tarde anterior y por lo tanto tienen dos vísperas:
las «primeras», que son la tarde anterior
(la del sábado, en el caso de un domingo),
y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica
(la tarde del domingo, sige el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado.
Los días que preceden a una Solemnidad no tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas,
pero para los domingos y solemnidades,
que comienzan la tarde anterior y por lo tanto tienen dos vísperas:
las «primeras», que son la tarde anterior
(la del sábado, en el caso de un domingo),
y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica
(la tarde del domingo, sige el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
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Invocación Inicial
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. ¡Señor, date prisa en socorrerme!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. ¡Señor, date prisa en socorrerme!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Himno: Es la Pascua real, no ya la sombra.
Es la Pascua real, no ya la sombra,
la verdadera pascua del Señor;
la sangre del pasado es solo un signo,
la mera imagen de la gran unción.
En verdad, tú, Jesús, nos protegiste
con tus sangrientas manos paternales;
envolviendo en tus alas nuestras almas,
la verdadera alianza tú sellaste.
Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne
reconciliada con tu Padre eterno;
y, desde arriba, vienes a llevarnos
a la danza festiva de tu cielo.
Oh gozo universal, Dios se hizo hombre
para unir a los hombres con su Dios;
se rompen las cadenas del infierno,
y en los labios renace la canción.
Cristo, Rey eterno, te pedimos
que guardes con tus manos a tu Iglesia,
que protejas y ayudes a tu pueblo
y que venzas con él a las tinieblas. ¡Amén!
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O bien:
O bien:
Himno: Hoy
rompe la clausura
Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.
Hoy triunfa el buen Cordero
que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.
Hoy surge, viva y fuerte,
segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.
____________________________________________
O bien:
Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.
Hoy triunfa el buen Cordero
que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.
Hoy surge, viva y fuerte,
segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.
____________________________________________
O bien:
Himno: Nos reúne de
nuevo el misterio
Nos reúne de nuevo el misterio
del Señor que resurge a la vida,
con su luz ilumina a la Iglesia,
como el sol al nacer cada día.
Resucita también nuestras almas,
que tu muerte libró del castigo
y vencieron contigo al pecado
en las aguas del santo bautismo.
Transfigura los cuerpos mortales
que contemplan tu rostro glorioso,
bella imagen del Dios invisible
que ha querido habitar con nosotros.
Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro,
y a tu lado vivamos por siempre
dando gracias al Padre en el reino. ¡Amén!
____________________________________________
O bien:
Nos reúne de nuevo el misterio
del Señor que resurge a la vida,
con su luz ilumina a la Iglesia,
como el sol al nacer cada día.
Resucita también nuestras almas,
que tu muerte libró del castigo
y vencieron contigo al pecado
en las aguas del santo bautismo.
Transfigura los cuerpos mortales
que contemplan tu rostro glorioso,
bella imagen del Dios invisible
que ha querido habitar con nosotros.
Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro,
y a tu lado vivamos por siempre
dando gracias al Padre en el reino. ¡Amén!
____________________________________________
O bien:
Himno: Señor,
tú eres santo: yo adoro, yo creo
Señor, tú eres santo: yo
adoro, yo creo;
tu cielo es un libro de
páginas bellas,
do en noches tranquilas mi
símbolo leo,
que escribe tu mano con
signos de estrellas.
En vano con sombras el
caos se cierra:
tú miras al caos, la luz
nace entonces;
tú mides las aguas que
ciñen la tierra,
tú mides los siglos que
muerden los bronces.
El mar a la tierra
pregunta tu nombre,
la tierra a las aves que
tienden su vuelo;
las aves lo ignoran;
preguntan al hombre,
y el hombre lo ignora; pregúntenlo
al cielo.
EI mar con sus ecos ha
siglos que ensaya
formar ese nombre, y el
mar no penetra
misterios tan hondos,
muriendo en la playa,
sin que oigan los siglos o
sílaba o letra.
Señor, tú eres santo: yo
te amo, yo espero;
tus dulces bondades
cautivan el alma;
mi pecho gastaron con
diente de acero
los gustos del mundo,
vacíos de calma.
Concede a mis penas la luz
de bonanza,
la paz a mis noches, la
paz a mis días;
tu amor a mi pecho, tu fe
y tu esperanza,
que es bálsamo puro que al
ánima envías ¡Amén!.
____________________________________________________________________________________________________________________________________
Himno: Cuando
la luz se hace vaga
Cuando la luz se hace vaga
y está cayendo la tarde,
venimos a ti, Señor,
para cantar tus bondades.
Los pájaros se despiden
piadosamente en los
árboles,
y buscan calor de nido
y blandura de plumajes.
Así vuelven fatigados
los hombres a sus hogares,
cargando sus ilusiones
o escondiendo sus
maldades.
Quieren olvidar la
máquina,
olvidar sus vanidades;
descansar de tanto ruido
y morir a sus pesares.
Ya todo pide silencio,
se anuncia la noche
amable:
convierte, Padre, sus
penas
en abundancia de panes.
Alivie tu mano pródiga,
tu mano buena de Padre,
el cansancio de sus
cuerpos,
sus codicias y sus males.
¡Amén!
____________________________________________________________________________________________________________________________________
SALMODIA
Ant 1. Cristo está
constituido por Dios juez de vivos y muertos. ¡Aleluya!
Salmo 71-I: Poder
Real del Mesías
Abriendo sus cofres le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mt. 2, 11)
Abriendo sus cofres le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mt. 2, 11)
Dios mío, confía tu juicio
al rey,
tu justicia al hijo de
reyes,
para que rija a tu pueblo
con justicia,
a tus humildes con
rectitud.
Que los montes traigan
paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los
humildes del pueblo,
socorra a los hijos del
pobre
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el
sol,
como la luna, de edad en
edad;
que baje como lluvia sobre
el césped,
como llovizna que empapa
la tierra.
Que en sus días florezca
la justicia
y la paz hasta que falte
la luna.
Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de
la tierra.
Que en su presencia se
inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan
el polvo;
que los reyes de Tarsis y
de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de
Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él
todos los reyes,
y que todos los pueblos le
sirvan.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración para el Salmo
Invocamos tu nombre, Padre, y lo pronunciamos bendito sobre la tierra.
Dale a tu pueblo la plenitud de la paz y la justicia en tu reino.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración para el Salmo
Invocamos tu nombre, Padre, y lo pronunciamos bendito sobre la tierra.
Dale a tu pueblo la plenitud de la paz y la justicia en tu reino.
Ant. Cristo está
constituido por Dios juez de vivos y muertos. ¡Aleluya!
___________________________________________________________
Ant 2. Él será la bendición de todos los pueblos. ¡Aleluya!
Ant 2. Él será la bendición de todos los pueblos. ¡Aleluya!
Salmo 71-II: Poder
Real del Mesías
Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol.
Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol.
Él librará al pobre que
clamaba,
al afligido que no tenía
protector;
él se apiadará del pobre y
del indigente,
y salvará la vida de los
pobres;
él rescatará sus vidas de
la violencia,
su sangre será preciosa a
sus ojos.
Que viva y que le traigan
el oro de Saba;
él intercederá por el
pobre
y lo bendecirá.
Que haya trigo abundante
en los campos,
y ondee en lo alto de los
montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como
hierba del campo.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el
sol;
que él sea la bendición de
todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso
todas las razas de la tierra.
Bendito sea el Señor, Dios
de Israel,
el único que hace
maravillas;
bendito por siempre su
nombre glorioso,
que su gloria llene la
tierra.
¡Amén, amén!
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración para el Salmo
Invocamos tu nombre, Padre, y lo pronunciamos bendito sobre la tierra.
Dale a tu pueblo la plenitud de la paz y la justicia en tu reino.
Ant. Él será la
bendición de todos los pueblos. ¡Aleluya!
___________________________________________________________
Ant 3. Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre. ¡Aleluya!
Ant 3. Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre. ¡Aleluya!
Cántico - Ap 11,
17-18; 12, 10b-12a: El Juicio de Dios.
Pero el amor verdadero no se practica sólo de palabra, sino de verdad y con obras. (San Columbano)
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
Pero el amor verdadero no se practica sólo de palabra, sino de verdad y con obras. (San Columbano)
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y
el que eras,
porque has
asumido el gran poder
y comenzaste a
reinar.
Se
encolerizaron las naciones,
llegó tu
cólera,
y el tiempo de
que sean juzgados los muertos,
y de dar el
galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos
y a los que temen tu nombre,
y a los
pequeños y a los grandes,
y de arruinar
a los que arruinaron la tierra.
Ahora se
estableció la salud y el poderío,
y el reinado
de nuestro Dios,
y la potestad
de su Cristo;
porque fue
precipitado
el acusador de
nuestros hermanos,
el que los
acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le
vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la
palabra del testimonio que dieron,
y no amaron
tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estén
alegres, cielos,
y los que moran
en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Ayer como hoy,
Jesucristo es el mismo y lo será siempre. ¡Aleluya!
____________________________________________________________________________________________________________________________________
Lectura Breve 1Pe 3, 18. 21b-22
Cristo murió por los
pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables,
para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron;
pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Lo que actualmente los salva no consiste en limpiar una suciedad corporal,
sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo,
que llegó al cielo, se le sometieron ángeles autoridades y poderes,
y está a la derecha de Dios.
para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron;
pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Lo que actualmente los salva no consiste en limpiar una suciedad corporal,
sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo,
que llegó al cielo, se le sometieron ángeles autoridades y poderes,
y está a la derecha de Dios.
Silencio Sagrado (indicado por una campana)
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones la plena resonancia de la voz del Espíritu Santo
y unir nuestra oración personal más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones la plena resonancia de la voz del Espíritu Santo
y unir nuestra oración personal más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio Breve
V. Los discípulos se
llenaron de alegría. ¡Aleluya, aleluya!
R. Los discípulos se
llenaron de alegría. ¡Aleluya, aleluya!
V. Al ver al Señor.
R. ¡Aleluya, aleluya!
R. ¡Aleluya, aleluya!
V. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se
llenaron de alegría. ¡Aleluya, aleluya!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Cántico
Evangélico
Ant. Su tristeza se
convertirá en gozo, y nadie les quitará su alegría. ¡Aleluya!
Cántico de María
- Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en El Señor
Proclama mi alma la
grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en
Dios, mi salvador;
porque ha mirado la
humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a
sus fieles
de generación en generación.
de generación en generación.
El hace proezas con su
brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los
poderosos
y enaltece a los humildes,
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los
colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su
siervo,
acordándose de su misericordia
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a
nuestros padres-
en favor de Abraham y su
descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Su tristeza se
convertirá en gozo, y nadie les quitará su alegría. ¡Aleluya!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Preces
Alabemos y glorifiquemos a
Cristo,
a quien Dios Padre constituyó fundamento de nuestra esperanza
y primicia de la humanidad resucitada, y aclamémoslo, suplicantes:
a quien Dios Padre constituyó fundamento de nuestra esperanza
y primicia de la humanidad resucitada, y aclamémoslo, suplicantes:
R./ Rey de la
gloria, escúchanos.
Señor Jesús, tú que, por
tu propia sangre y por tu resurrección,
penetraste en el santuario de Dios,
penetraste en el santuario de Dios,
- llévanos
contigo al reino del Padre.
Tú que, por tu
resurrección, robusteciste la fe de tus discípulos
y los enviaste a anunciar el Evangelio al mundo,
y los enviaste a anunciar el Evangelio al mundo,
- haz que los
obispos y presbíteros sean fieles heraldos de tu Evangelio.
Tú que, por tu
resurrección, eres nuestra reconciliación y nuestra paz,
- haz que todos
los bautizados vivan en la unidad de una sola fe y de un solo amor.
Tú que, por tu
resurrección, diste la salud, al tullido del templo,
- mira con bondad
a los enfermos y manifiesta en ellos tu gloria.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Tú que, por tu
resurrección,
fuiste constituido primogénito de los muertos que resucitan
fuiste constituido primogénito de los muertos que resucitan
- haz que los
difuntos que en ti creyeron y esperaron participen de tu gloria.
Terminemos nuestra oración
con las palabras del Señor:
- Padre
nuestro...
Oración
Señor, Dios nuestro, que
has otorgado a tu pueblo el don de la redención,
concédenos vivir eternamente la alegría de la resurrección de tu Hijo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
concédenos vivir eternamente la alegría de la resurrección de tu Hijo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
____________________________________________________________________________________________________________________________________
Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El Señor esté
con ustedes.
R. Y con tu
espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si
se despide de la comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En
el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro
no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga, †
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. En Paz
R. ¡Amén!
____________________________________________________________________________________________________________________________________
Tiempo Pascual - Jueves
VI - Del Propio del Tiempo. Salterio II
COMPLETAS
Oración antes del descanso nocturno
Sus
textos aluden al sueño, y a su equivalencia simbólica con la muerte.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana,
es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria,
lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha
con el desarrollo del calendario litúrgico,
excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana,
es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria,
lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha
con el desarrollo del calendario litúrgico,
excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
_________________________________________________________________________________________________________________________
Invocación Inicial
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén.
__________________________________________________________________________________________________________________________
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén.
__________________________________________________________________________________________________________________________
Examen de Conciencia (Fórmula 1)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con
la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes,
hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de
nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
____________________________________________________________________________________________
Examen de Conciencia (Fórmula 2)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con
la fórmula siguiente:
V. Señor, ten misericordia de nosotros.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.
____________________________________________________________________________________________
Examen de Conciencia (Fórmula 3)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la
fórmula siguiente:
V. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos:
Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
V. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten
piedad.
R. Cristo, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
_________________________________________________________________________________________________________________________________
Himno: El corazón se dilata
El corazón se dilata
sin noche en tu santo cuerpo,
oh morada iluminada,
mansión de todo consuelo.
Por tu muerte sin pecado,
por tu descanso y tu premio,
en ti, Jesús, confiamos,
y te miramos sin miedo.
Como vigilia de amor
te ofrecemos nuestro sueño;
tú que eres el paraíso,
danos un puesto en tu reino. ¡Amén!
____________________________________________________________________________________________
O
bien:
Himno: En ti, Señor, reposan nuestras vidas.
En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.
En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.
Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos. ¡Amén!
__________________________________________________________
Himno: En ti, Señor, reposan nuestras vidas.
En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.
En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.
Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos. ¡Amén!
__________________________________________________________
O bien:
Himno: Cuando llegó el instante de tu muerte.
En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.
En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.
Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos. ¡Amén!
______________________________________________________________________________________________________________________________________
Himno: Cuando llegó el instante de tu muerte.
En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.
En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.
Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos. ¡Amén!
______________________________________________________________________________________________________________________________________
SALMODIA
Ant 1. Mi carne
descansa serena.
Salmo 15: Cristo
y sus Miembros Esperan la Resurrección.
Dios resucitó a Jesús, rompliendo las ataduras de la muerte. (Hech. 2, 24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Dios resucitó a Jesús, rompliendo las ataduras de la muerte. (Hech. 2, 24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al
Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y
señores de la tierra
no me
satisfacen.
Multiplican
las estatuas
de dioses
extraños;
no derramaré
sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus
nombres en mis labios.
El Señor es mi
heredad y mi copa;
mi suerte está
en tu mano:
me ha tocado
un lote hermoso,
me encanta mi
heredad.
Bendeciré al
Señor, que me aconseja,
hasta de noche
me instruye internamente.
Tengo siempre
presente al Señor,
con él a mi
derecha no vacilaré.
Por eso se me
alegra el corazón,
se gozan mis
entrañas,
y mi carne
descansa serena.
Porque no me
entregarás a la muerte,
ni dejarás a
tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás
el sendero de la vida,
me saciarás de
gozo en tu presencia,
de alegría
perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. ¡Amén!
Ant. Sé tú, Señor,
la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
______________________________________________________________________________________________________________________________________
Lectura
Breve: 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la
paz les consagre totalmente
y que todo su ser, alma y cuerpo,
sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
y que todo su ser, alma y cuerpo,
sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
Silencio Sagrado (indicado por una campana)
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones
la plena resonancia de la voz del Espíritu Santo y unir nuestra oración personal
más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio
Breve
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu. ¡Aleluya, aleluya!
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu. ¡Aleluya, aleluya!
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. ¡Aleluya,
aleluya!
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu. ¡Aleluya, aleluya!
_________________________________________________________________________________________________________________________________
Cántico
Evangélico
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ¡Aleluya!
para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ¡Aleluya!
Cántico de
Simeón Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu
promesa,
puedes dejar a tu siervo
irse en paz,
porque mis ojos han visto
a tu Salvador,
a quien has presentado
ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las
naciones
y gloria de tu pueblo
Israel.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ¡Aleluya!
para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ¡Aleluya!
_________________________________________________________________________________________________________________________________
Oración
Conclusiva
Señor, Dios nuestro,
concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas,
desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda,
te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda,
te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Bendición
V. El Señor
todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Antífona Final de la Santísima Virgen (1)
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva,
los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de
lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus
ojos misericordiosos,
y después de este
destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu
vientre.
¡Oh clemente, oh
piadosa, oh dulce Virgen María!
____________________________________________________________________________________________
Antífona Final de la Santísima Virgen (2)
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
____________________________________________________________________________________________
Antífona Final de la
Santísima Virgen (3)
Madre del
Redentor,
Virgen fecunda,
puerta del cielo
siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo
que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de
cielo y tierra,
engendraste a tu santo
Creador,
y permaneces siempre
virgen.
Recibe el saludo del
ángel Gabriel,
y ten piedad de
nosotros, pecadores.
____________________________________________________________________________________________
Antífona Final de la
Santísima Virgen (4)
Salve, Reina de los
cielos
y Señora de los
ángeles;
salve raíz, salve
puerta,
que dio paso a nuestra
luz.
Alégrate, virgen
gloriosa,
entre todas la más
bella;
salve, agraciada
doncella,
ruega a Cristo por
nosotros.
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