Tiempo De Cuaresma, Jueves de la Semana III
LAUDES
Oración de la mañana
al nacer comenzamos a existir.
Existir es ser en el tiempo.
Y al morir dejamos de existir,
pero no dejamos de ser.
pero no dejamos de ser.
Somos seres espirituales
que vivimos una aventura terrenal".
que vivimos una aventura terrenal".
Teilhard de Chardin
Toda su temática alude al despertar y a su equivalencia simbólica con la resurrección. En las comunidades religiosas, el horario habitual es las 7 de la mañana, aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida: lo normal es entre 6 y 10 hs.
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Invitatorio
Cuando Laudes es la primera oración litúrgica de la mañana se puede agregar el salmo Invitatorio antes del himno.
Si no, † se hace la señal de la cruz mientras se dice:
Si no, † se hace la señal de la cruz mientras se dice:
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Se añade el Salmo del Invitatorio con su antífona:
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Salmo del Invitatorio
El salmo 94 puede sustituirse por el 99, el 66 o el 24. En tal caso,
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
(Seleccione y pulse el enlace con el salmo del Invitatorio que desea usar).
Anímense unos a otro, día tras día, mientras perdura el hoy. Heb 3, 13
Se recita la antífona que corresponda.
Ant.A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Se recita la antífona que corresponda.
Ant.A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
El Señor manda que los redimidos entonen un himno de victoria (S. Atanasio)
Se recita la antífona que corresponda.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Sepan que la salvación de Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28)
Se recita la antífona que corresponda.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Las puertas del cielo se abren ante Cristo que, como hombre, sube al cielo (S. Ireneo)
Se recita la antífona que corresponda y la asamblea la repite.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Himno: ¡ Pastor que con tus silbos amorosos!
Pastor que con tus silbos amorosos
Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño:
tú, que hiciste cayado de ese leño
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño
y la palabra de seguir te empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados.
Pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás, para esperar, los pies
clavados? ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Salmo 86: Himno A Jerusalén, Madre de Todos los Pueblos.
La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre (Ga 4, 26)
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
Ant 1. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Salmo 86: Himno A Jerusalén, Madre de Todos los Pueblos.
La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre (Ga 4, 26)
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»
Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»
El Señor escribirá en el registro de los
pueblos:
«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Ant 2. El Señor llega con poder, y su recompensa lo
precede.
Cantico - Is 40, 10-17: El Buen Pastor Es El Dios Altisimo y Sapientísimo
Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi salario (Ap 22, 12)
Miren, el Señor Dios llega con poder,
Cantico - Is 40, 10-17: El Buen Pastor Es El Dios Altisimo y Sapientísimo
Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi salario (Ap 22, 12)
Miren, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Miren, viene con él su salario
y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.
¿Quién ha medido a puñados el mar
o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?
¿Quién ha pesado en la balanza los
montes
y en la báscula las colinas?
¿Quién ha medido el aliento del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?
¿Con quién se aconsejó para entenderlo,
para que le enseñara el camino exacto,
para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?
Miren, las naciones son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
Miren, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.
En su presencia, las naciones todas,
como si no existieran,
son ante él como nada y vacío.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.
Ant 3. Ensalcen
al Señor, Dios nuestro, póstrense ante el estrado de sus pies.
Salmo 98 – Santo es el Señor, nuestro Dios
Tú Señor, que estás sentado sobre querubines, restauraste el mundo caído, cuando te hiciste semejante a nosotros (S. Atanasio)
El Señor reina, tiemblen las naciones;
sentado sobre querubines, vacile la
tierra.
El Señor es grande en Sión,
encumbrado sobre todos los pueblos.
Reconozcan tu nombre, grande y terrible:
Él es santo.
Reinas con poder y amas la justicia,
tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.
Ensalcen al Señor, Dios nuestro;
póstrense ante el estrado de sus pies:
Él es santo.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de
nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les
dio.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón
y un Dios vengador de sus maldades.
Ensalcen al Señor, Dios nuestro;
póstrense ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Ensalcen al Señor, Dios nuestro, póstrense ante el estrado de sus pies.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Ensalcen al Señor, Dios nuestro, póstrense ante el estrado de sus pies.
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Lectura Breve: Cf. 1R 8, 51a. 52-53a
Nosotros, Señor, somos tu pueblo y tu heredad;
que tus ojos estén abiertos a las súplicas de tu siervo
y a la súplica de tu pueblo Israel, para escuchar todos sus clamores hacia ti.
Porque tú nos separaste para ti como herencia tuya
de entre todos los pueblos de la tierra.
Responsorio Breve
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
Nosotros, Señor, somos tu pueblo y tu heredad;
que tus ojos estén abiertos a las súplicas de tu siervo
y a la súplica de tu pueblo Israel, para escuchar todos sus clamores hacia ti.
Porque tú nos separaste para ti como herencia tuya
de entre todos los pueblos de la tierra.
Responsorio Breve
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Él me librará de la red del cazador.
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V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Él me librará de la red del cazador.
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Cántico Evangélico
Ant. «Si yo arrojo los demonios por el poder de Dios
es señal de que ha llegado a ustedes el reino de Dios», dice el Señor.
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. «Si yo arrojo los demonios por el poder de Dios
Ant. «Si yo arrojo los demonios por el poder de Dios
es señal de que ha llegado a ustedes el reino de Dios», dice el Señor.
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. «Si yo arrojo los demonios por el poder de Dios
es señal de que ha llegado a ustedes el reino de Dios», dice el Señor.
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Preces
Glorifiquemos a Cristo, nuestro Señor, que resplandece como luz del mundo
para que siguiéndolo no caminemos en tinieblas,
sino que tengamos la luz de la vida, y digámosle:
Glorifiquemos a Cristo, nuestro Señor, que resplandece como luz del mundo
para que siguiéndolo no caminemos en tinieblas,
sino que tengamos la luz de la vida, y digámosle:
R./ Que
tu palabra, Señor, sea luz para nuestros pasos.
Cristo, amigo de los hombres, haz que
sepamos progresar hoy en tu imitación,
- para que lo que perdimos por culpa del primer Adán
lo recuperemos en el segundo.
lo recuperemos en el segundo.
Que tu palabra sea siempre luz en
nuestro sendero,
para que, realizando siempre la verdad en el amor,
para que, realizando siempre la verdad en el amor,
- hagamos crecer todas las cosas en ti.
Enséñanos, Señor, a trabajar por el bien
de todos los hombres,
- para que así, por nuestra acción, la Iglesia ilumine a
toda la sociedad humana.
Que por nuestra sincera conversión
crezcamos en tu amistad
- y expiemos las faltas cometidas contra tu bondad y tu
sabiduría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque sabemos que somos hijos de Dios,
llenos de confianza nos atrevemos a decir:
- Padre Nuestro…
Oración
Te pedimos, Señor, que, cuanto más se aproxima la fiesta de nuestra salvación,
con tanta mayor fe nos preparemos a celebrar el misterio pascual.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Te pedimos, Señor, que, cuanto más se aproxima la fiesta de nuestra salvación,
con tanta mayor fe nos preparemos a celebrar el misterio pascual.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El
Señor esté con ustedes.
R. Y
con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se
despide de la comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos
gracias a Dios!
En el
rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no
ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. En Paz
R. ¡Amén!
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VÍSPERAS
Oración de la tarde
Sus
motivos aluden al fin del trabajo y del día activo, y la equivalencia simbólica
con la Venida del Señor.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado.
Los días que preceden a una Solemnidad no tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas, pero para los domingos y solemnidades,
que comienzan la tarde anterior y por lo tanto tienen dos vísperas: las «primeras», que son la tarde anterior (la del sábado, en el caso de un domingo),
y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica (la tarde del domingo, siguiendo el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado.
Los días que preceden a una Solemnidad no tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas, pero para los domingos y solemnidades,
que comienzan la tarde anterior y por lo tanto tienen dos vísperas: las «primeras», que son la tarde anterior (la del sábado, en el caso de un domingo),
y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica (la tarde del domingo, siguiendo el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
Invocación
Inicial
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como
era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Señor, la luz del día ya se apaga,
la noche va extendiendo sus tinieblas;
alumbra lo más hondo de las almas
en este santo tiempo de Cuaresma.
Conoces nuestra vida y nuestra historia
y sabes que también hemos pecado,
por eso hacia ti nos dirigimos
confiando que seremos perdonados.
Unidos con la Iglesia recorremos
la senda que nos lleva hasta el Calvario,
llevando en nuestro cuerpo tus dolores,
sufriendo lo que aún no has completado.
Escucha nuestra voz, amado Padre,
que, junto con tu Hijo Jesucristo,
enviaste tu Espíritu a los hombres,
sellando con tu gracia sus destinos. ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en
tu morada.
Salmo 131 – I: Promesas a la Casa de David
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre (Lc 1, 32)
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre (Lc 1, 32)
Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob:
«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el
Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.»
Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.
Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles te aclamen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en
tu morada.
Ant 2. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en
ella.
Salmo 131 - II: El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará.
Son edificio de Dios (1Co 3, 9)
Son edificio de Dios (1Co 3, 9)
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.
Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.»
Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.
Bendeciré sus provisiones,
a sus pobres los saciaré de pan;
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.
Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en
ella.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y
todos los pueblos le servirán.
Cántico - Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a: El Juicio de Dios.
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los
muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los
profetas,
y a los santos y a los que temen tu
nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la
tierra.
Ahora se estableció la salud y el
poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día
y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la
sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que
dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran
la muerte.
Por esto, estén alegres, cielos,
y los que moran en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y
todos los pueblos le servirán.
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Lectura Breve: St 4, 7-8. 10
Vivan sometidos a Dios. Resistan al
diablo y huirá de ustedes.
Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. Pecadores, lávense las manos;
purifiquen sus corazones, gente que obra con doblez.
Humíllense en la presencia del Señor y él los ensalzará.
Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. Pecadores, lávense las manos;
purifiquen sus corazones, gente que obra con doblez.
Humíllense en la presencia del Señor y él los ensalzará.
Responsorio Breve
V. Yo
dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname,
porque he pecado contra ti.
R. «Señor, ten misericordia.»
R. «Señor, ten misericordia.»
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
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Cántico Evangélico
Ant. Levantó la voz una mujer en medio de la gente,
exclamando:
«Dichoso el seno que te llevó y el pecho que te alimentó». Pero Jesús respondió:
«Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la conservan».
«Dichoso el seno que te llevó y el pecho que te alimentó». Pero Jesús respondió:
«Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la conservan».
Cántico de María - Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en El Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi
salvador;
porque ha mirado la humillación de su
esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus
fieles
de generación en generación.
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de
bienes
y a los ricos los despide vacíos.
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros
padres-
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Levantó la voz una mujer en medio de la gente,
exclamando:
«Dichoso el seno que te llevó y el pecho que te alimentó». Pero Jesús
respondió:
«Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la conservan».
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Preces
Oremos a Cristo, el Señor,
que nos dio el mandamiento nuevo de amarnos unos a otros, y digámosle:
que nos dio el mandamiento nuevo de amarnos unos a otros, y digámosle:
R./ Acrecienta, Señor, la caridad de tu Iglesia.
Maestro bueno, enséñanos a amarte en
nuestros hermanos
- y a servirte en cada uno de ellos.
Tú que en la cruz pediste al Padre el
perdón para tus verdugos,
- concédenos amar a nuestros enemigos y orar por los que
nos persiguen.
Señor, que la participación en el
misterio de tu cuerpo
y de tu sangre acreciente en nosotros el amor, la fortaleza y la confianza,
y de tu sangre acreciente en nosotros el amor, la fortaleza y la confianza,
- y dé vigor a los débiles, consuelo a los tristes y
esperanza a los agonizantes.
Señor, luz del mundo, que, por el agua,
concediste al ciego de nacimiento el poder ver la luz,
concediste al ciego de nacimiento el poder ver la luz,
- ilumina a nuestros catecúmenos por el sacramento del
agua y de la palabra.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concede la plenitud de tu amor a los
difuntos
y haz que un día nos contemos entre tus
elegidos.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios,
acudamos a nuestro Padre, diciendo:
- Padre nuestro...
Oración
Te pedimos, Señor, que, cuanto más se
aproxima la fiesta de nuestra salvación,
con tanta mayor fe nos preparemos a celebrar el misterio pascual.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
con tanta mayor fe nos preparemos a celebrar el misterio pascual.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El
Señor esté con ustedes.
R. Y
con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se
despide de la comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos
gracias a Dios!
En el
rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no
ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. En Paz
R. ¡Amén!
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COMPLETAS
Oración
antes del descanso nocturno
antes del descanso nocturno
Sus
textos aluden al sueño, y a su equivalencia simbólica con la muerte.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida. Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas- que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo, ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida. Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas- que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo, ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico,
excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
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Invocación
Inicial
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Examen de
Conciencia (Fórmula 1)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
Examen de
Conciencia (Fórmula 2)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Señor,
ten misericordia de nosotros.
R. Porque
hemos pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y
danos tu salvación.
Examen de
Conciencia (Fórmula 3)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Tú
que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.
R. Señor,
ten piedad.
V. Tú
que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R. Cristo,
ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor,
ten piedad.
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Himno: Cuando llegó el instante de tu muerte.
Cuando llegó el instante de tu muerte
inclinaste la frente hacia la tierra,
como todos los mortales;
mas no eras tú el hombre derribado,
sino el Hijo que muerto nos contempla.
Cuando me llegue el tránsito esperado
y siga sin retorno por mi senda,
como todos los mortales,
el sueño de tu rostro será lumbre
y tu gloria mi gloria venidera.
El silencio sagrado de la noche
tu paz y tu venida nos recuerdan,
Cristo, luz de los mortales;
acepta nuestro sueño necesario
como secreto amor que a ti se llega. ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa serena.
Salmo 15: Cristo y sus Miembros Esperan la Resurrección.
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2, 24).
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2, 24).
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis
manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la
corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Mi carne descansa serena.
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Lectura Breve: 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la paz los consagre
totalmente
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
Responsorio Breve
V. En
tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú,
el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
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Cántico Evangélico
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras
dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de Simeón Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los
pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras
dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
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Oración Conclusiva
Señor, Dios nuestro, concédenos un
descanso tranquilo
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
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Bendición
V. El
Señor todopoderoso
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!
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Antífona
Final de la Santísima Virgen (1)
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y
esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos
, gimiendo y llorando
en este valle de
lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a
nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de
este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de
tu vientre.
¡Oh clemente, oh
piadosa,
oh dulce Virgen
María!
Antífona
Final de la Santísima Virgen (2)
Bajo tu amparo
nos acogemos,
santa Madre de
Dios,
no desprecies
las oraciones
que te
dirigimos en nuestras necesidades,
antes
bien, líbranos de todo peligro,
oh Virgen
gloriosa y bendita.
Antífona
Final de la Santísima Virgen (3)
Madre del
Redentor,
Virgen fecunda,
puerta del cielo
siempre abierta,
estrella del
mar,
ven a librar al
pueblo que tropieza
y se quiere
levantar.
Ante la
admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu
santo Creador,
y permaneces siempre
virgen.
Recibe el saludo
del ángel Gabriel,
y ten piedad de
nosotros, pecadores.
Antífona
Final de la Santísima Virgen (4)
Salve, Reina de
los cielos
y Señora de los
ángeles;
salve raíz, salve
puerta,
que dio paso a
nuestra luz.
Alégrate, virgen
gloriosa,
entre todas la más
bella;
salve, agraciada
doncella,
ruega a Cristo por
nosotros.
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