Viernes de la Tercera
Semana
LAUDES
Oración de la
mañana
"En la Eternidad éramos;
al nacer
comenzamos a existir.
Existir es ser en el tiempo.
Y al morir dejamos de existir,
pero no dejamos de ser.
Somos seres espirituales
que vivimos una aventura terrenal".
Teilhard de Chardin
Invitatorio
(Si Laudes no es la primera oración del día se sigue el esquema del
Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan con el Invitatorio.
Ant. Den gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 94 Invitación a la Alabanza Divina
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan con el Invitatorio.
Ant. Den gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 94 Invitación a la Alabanza Divina
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Den gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Den gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
El salmo
94 puede sustituirse por el 99, el 66 o el 24. En tal caso,
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor
Sepan que la salvación de
Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28)
Se recita la antífona que
corresponda y la asamblea la repite.
Ant. Den gracias al Señor, porque es eterna su
misericordia.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vengan adoremos al Señor, porque él es nuestro
Dios.
Himno: Creador
sempiterno de las cosas.
Creador sempiterno de las cosas,
Creador sempiterno de las cosas,
que gobiernas las noches y
los días,
y, alternando la luz y las
tinieblas,
alivias el cansancio de la
vida.
Pon tus ojos, Señor, en
quien vacila,
que a todos corrija tu
mirada:
con ella sostendrás a
quien tropieza
y harás que pague su
delito en lágrimas.
Alumbra con tu luz
nuestros sentidos,
desvanece el sopor de
nuestras mentes,
y sé el primero a quien,
agradecidas,
se eleven nuestras voces
cuando suenen.
Glorificado sea el Padre
eterno,
así como su Hijo
Jesucristo,
y así como el Espíritu
Paráclito,
ahora y por los siglos de
los siglos. ¡Amén!
SALMODIA
Ant 1. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Salmo 50 - Confesión del Pecador Arrepentido.
Renuévense en la mente y en el espíritu y vístanse de la nueva condición humana (Ef 4, 23-24)
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
Ant 1. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Salmo 50 - Confesión del Pecador Arrepentido.
Renuévense en la mente y en el espíritu y vístanse de la nueva condición humana (Ef 4, 23-24)
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión
borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia
mi pecado.
Pues yo reconozco mi
culpa,
tengo siempre presente mi
pecado:
contra ti, contra ti solo
pequé,
cometí la maldad que
aborreces.
En la sentencia tendrás
razón,
en el juicio brillará tu
rectitud.
Mira, que en la culpa
nací,
pecador me concibió mi
madre.
Te gusta un corazón
sincero,
y en mi interior me
inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo:
quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco
que la nieve.
Hazme oír el gozo y la
alegría,
que se alegren los huesos
quebrantados.
Aparta de mi pecado tu
vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un
corazón puro,
renuévame por dentro con
espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu
rostro,
no me quites tu santo
espíritu.
Devuélveme la alegría de
tu salvación,
afiánzame con espíritu
generoso:
enseñaré a los malvados
tus caminos,
los pecadores volverán a
ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh
Dios, Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu
justicia.
Señor, me abrirás los
labios,
y mi boca proclamará tu
alabanza.
Los sacrificios no te
satisfacen;
si te ofreciera un
holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un
espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y
humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad,
favorece a Sión,
reconstruye las murallas
de Jerusalén:
entonces aceptarás los
sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se
inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Ant 2. Reconocemos,
Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
Cantico - Jr 14,17-21: Lamentación del Pueblo en Tiempo de Hambre y de Guerra.
Está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio (Mc 1, 15)
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
Cantico - Jr 14,17-21: Lamentación del Pueblo en Tiempo de Hambre y de Guerra.
Está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio (Mc 1, 15)
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia
de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes
dolores.
Salgo al campo: muertos a
espada;
entro en la ciudad:
desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el
sacerdote
vagan sin sentido por el
país.
¿Por qué has rechazado del
todo a Judá?
¿tiene asco tu garganta de
Sión?
¿Por que nos has herido
sin remedio?
Se espera la paz, y no hay
bienestar,
al tiempo de la cura
sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra
impiedad,
la culpa de nuestros
padres,
porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu
nombre,
no desprestigies tu trono
glorioso;
recuerda y no rompas tu
alianza con nosotros.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
Ant 3. El Señor es
Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Salmo 99 - Alegría de los que Entran en el Templo.
El Señor manda que los redimidos entonen un himno de victoria (S. Atanasio)
Aclama al Señor, tierra entera,
Salmo 99 - Alegría de los que Entran en el Templo.
El Señor manda que los redimidos entonen un himno de victoria (S. Atanasio)
Aclama al Señor, tierra entera,
sirvan al Señor con
alegría,
entren en su presencia con
aclamaciones.
Sepan que el Señor es
Dios:
que él nos hizo y somos
suyos,
su pueblo y ovejas de su
rebaño.
Entren por sus puertas con
acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y
bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las
edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Lectura Breve 2Co
12, 9b-10
Muy a gusto presumo de mis debilidades,
porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.
Muy a gusto presumo de mis debilidades,
porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.
Por eso vivo contento en
medio de mis debilidades,
de los insultos, las privaciones,
las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo.
Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
de los insultos, las privaciones,
las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo.
Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Responsorio Breve
V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame el camino que he de seguir.
R. Hazme escuchar tu gracia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame el camino que he de seguir.
R. Hazme escuchar tu gracia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
Cántico
Evangélico
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
Preces
Invoquemos a Cristo, que nació, murió y resucitó por su pueblo, diciendo:
Invoquemos a Cristo, que nació, murió y resucitó por su pueblo, diciendo:
R./ Salva, Señor,
al pueblo que redimiste con tu sangre.
Te bendecimos, Señor, a ti
que por nosotros aceptaste el suplicio de la cruz:
- mira con bondad
a tu familia santa, redimida con tu sangre.
Tú que prometiste a los
que en ti creyeran
que manarían de su interior torrentes de agua viva,
que manarían de su interior torrentes de agua viva,
- derrama tu
Espíritu sobre todos los hombres.
Tú que enviaste a los
discípulos a predicar el Evangelio,
- haz que los
cristianos anuncien tu palabra con fidelidad.
A los enfermos y a todos
los que has asociado a los sufrimientos de tu pasión,
- concédeles
fortaleza y paciencia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Llenos del Espíritu de Jesucristo, acudamos a nuestro Padre común, diciendo:
- Padre Nuestro…
Oración
Ilumina, Señor, nuestros corazones y fortalece nuestras voluntades,
para que sigamos siempre el camino de tus mandatos,
reconociéndote como nuestro guía y maestro.
Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Amén!
Conclusión
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Amén!
Conclusión
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
Viernes de la Tercera
Semana
VÍSPERAS
Oración de la
tarde
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
¡Amén. Aleluya!
¡Amén. Aleluya!
Himno: Yo he
sentido, Señor, tu voz amante.
Yo he sentido, Señor, tu
voz amante,
en el misterio de las
noches bellas,
y en el suave temblor de
las estrellas
la armonía gocé de tu
semblante.
No me llegó tu acento
amenazante
entre el fragor de trueno
y de centellas;
al ánima llamaron tus
querellas
como el tenue vagido de un
infante.
¿Por qué no obedecí cuando
te oía?
¿Quién me hizo abandonar
tu franca vía
y hundirme en las
tinieblas del vacío?
Haz, mi dulce Señor, que
en la serena
noche vuelva a escuchar tu
cantilena;
¡ya no seré cobarde, Padre
mío! ¡Amén!
SALMODIA
Ant 1. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Salmo 134 I: - -
Himno a Dios por sus Maravillas
Ustedes son... un pueblo adquirido por Dios
para proclamar las hazañas del que los llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa (1P 2, 9)
Ustedes son... un pueblo adquirido por Dios
para proclamar las hazañas del que los llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa (1P 2, 9)
Alaben el nombre del
Señor,
alábenlo, siervos del
Señor,
que están en la casa del
Señor,
en los atrios de la casa
de nuestro Dios.
Alaben al Señor porque es
bueno,
tañan para su nombre, que
es amable.
Porque él se escogió a
Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es
grande,
nuestro dueño más que
todos los dioses.
El Señor todo lo que
quiere lo hace:
en el cielo y en la
tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde
el horizonte,
con los relámpagos desata
la lluvia,
suelta a los vientos de
sus silos.
Él hirió a los
primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta
los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus
ministros.
Hirió de muerte a pueblos
numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los
amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de
Canaán.
Y dio su tierra en
heredad,
en heredad a Israel, su
pueblo.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor es grande, nuestro dueño más que
todos los dioses.
Ant 2. Casa de
Israel, bendice al Señor; tañan para su nombre, que es amable.
Salmo 134 - II: Dios,
Refugio y Fortaleza de su Pueblo.
Señor, tu nombre es
eterno;
Señor, tu recuerdo de edad
en edad.
Porque el Señor gobierna a
su pueblo
y se compadece de sus
siervos.
Los ídolos de los gentiles
son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus
bocas.
Sean lo mismo los que los
hacen,
cuantos confían en ellos.
Casa de Israel, bendice al
Señor;
casa de Aarón, bendice al
Señor;
casa de Leví, bendice al
Señor;
fieles del Señor, bendigan
al Señor.
Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Casa de
Israel, bendice al Señor; tañan para su nombre, que es amable.
Ant 3. Vendrán todas
las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico - Ap 15,
3-4: Canto de los Vencedores.
Grandes y maravillosas son
tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus
caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las
naciones
y se postrarán en tu
acatamiento,
porque tus juicios se
hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Vendrán todas
las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
Lectura Breve: Sant 1, 2-4
Hermanos míos, si están
sometidos a tentaciones diversas,
considérenlo como una alegría,
sabiendo que la prueba de su fe produce constancia.
Pero hagan que la constancia dé un resultado perfecto,
para que sean perfectos e íntegros, sin defectos en nada.
considérenlo como una alegría,
sabiendo que la prueba de su fe produce constancia.
Pero hagan que la constancia dé un resultado perfecto,
para que sean perfectos e íntegros, sin defectos en nada.
Responsorio
Breve
V. Cristo nos ama
y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
R. Cristo nos ama
y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de
nosotros reino y sacerdotes para el Dios y Padre suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo nos ama
y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
Cántico
Evangélico
Ant. El Señor nos
auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
Cántico de María
- Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en El Señor
Proclama mi alma la
grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en
Dios, mi salvador;
porque ha mirado la
humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a
sus fieles
de generación en generación.
de generación en generación.
El hace proezas con su
brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los
poderosos
y enaltece a los humildes,
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los
colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su
siervo,
acordándose de su misericordia
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a
nuestros padres-
en favor de Abraham y su
descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor nos
auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
Preces
Invoquemos al Hijo de
Dios, a quien el Padre entregó por nuestras faltas y lo resucitó para nuestra
justificación, diciendo:
R./ Señor, ten
piedad.
Escucha, Señor, nuestras
súplicas,
perdona los pecados de los que se confiesen culpables
perdona los pecados de los que se confiesen culpables
- y en tu bondad
otórganos el perdón y la paz.
Tú que, por medio del
Apóstol nos has enseñado
que donde se multiplicó el pecado sobreabundó mucho más la gracia,
que donde se multiplicó el pecado sobreabundó mucho más la gracia,
- perdona con
largueza nuestros muchos pecados.
Hemos pecado mucho, Señor,
pero confiamos en tu misericordia infinita;
- vuélvete a
nosotros para que podamos convertirnos a ti.
Salva a tu pueblo de sus
pecados, Señor,
- y sé benévolo
con nosotros.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Tú que abriste las puertas
del paraíso al buen ladrón,
- ábrelas también
para nuestros hermanos difuntos.
Reconociendo que nuestra fuerza
para no caer en la tentación se halla en Dios, digamos confiadamente:
- Padre
nuestro...
Oración
Señor, Padre santo, que
quisiste que tu Hijo fuese el precio de nuestro rescate,
haz que vivamos de tal manera que, tomando parte en los padecimientos de Cristo,
haz que vivamos de tal manera que, tomando parte en los padecimientos de Cristo,
nos gocemos también en la
revelación de su gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Conclusión
V. El Señor nos
bendiga,
nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
Viernes
de la Tercera Semana
COMPLETAS
Oración antes
del descanso nocturno
Invocación
Inicial
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el
principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
¡Amén. Aleluya!
ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
¡Amén. Aleluya!
Examen de
Conciencia
V. Hermanos,
habiendo llegado al final
de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso
ante Dios todopoderoso
ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra,
obra y omisión:
obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.
por mi gran culpa.
Por eso ruego
a santa María, siempre Virgen,
a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí
ante Dios, nuestro Señor.
ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
Himno: Se
inclina ya mi frente.
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos. ¡Amén!
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios
mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
Salmo 87 -
Oración de un Hombre Gravemente Enfermo.
Ésta es su hora: la del poder de las tinieblas (Lc 22, 53)
Ésta es su hora: la del poder de las tinieblas (Lc 22, 53)
Señor, Dios mío, de día te
pido auxilio,
de noche grito en tu
presencia;
llegue hasta ti mi
súplica,
inclina tu oído a mi clamor.
Porque mi alma está
colmada de desdichas,
y mi vida está al borde
del abismo;
ya me cuentan con los que
bajan a la fosa,
soy como un inválido.
Tengo mi cama entre los
muertos,
como los caídos que yacen
en el sepulcro,
de los cuales ya no
guardas memoria,
porque fueron arrancados
de tu mano.
Me has colocado en lo
hondo de la fosa,
en las tinieblas del
fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus
olas.
Has alejado de mí a mis
conocidos,
me has hecho repugnante
para ellos:
encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de
pesar.
Todo el día te estoy
invocando,
tendiendo las manos hacia
ti.
¿Harás tú maravillas por
los muertos?
¿Se alzarán las sombras
para darte gracias?
¿Se anuncia en el sepulcro
tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino
de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas
en la tiniebla
o tu justicia en el país
del olvido?
Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu
encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me
rechazas
y me escondes tu rostro?
Desde niño fui desgraciado
y enfermo,
me doblo bajo el peso de
tus terrores,
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han
consumido:
me rodean como las aguas
todo el día,
me envuelven todos a una;
alejaste de mí amigos y
compañeros:
mi compañía son las
tinieblas..
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. ¡Amén!
Ant. Señor, Dios
mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
Lectura
Breve: Jr 14, 9
Tú estás en medio de nosotros, Señor,
tu nombre ha sido invocado
sobre nosotros:
no nos abandones, Señor
Dios nuestro.
Responsorio
Breve
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
Cántico
Evangélico
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de
Simeón Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu
promesa,
puedes dejar a tu siervo
irse en paz,
porque mis ojos han visto
a tu Salvador,
a quien has presentado
ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las
naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Oración
Señor, Dios todopoderoso:
ya que con nuestro
descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro,
te pedimos que, al
levantarnos mañana, lo imitemos también
resucitando a una vida
nueva. Por Cristo nuestro Señor ¡Amén!
Bendición
V. El Señor
todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!
Antífona Final
de la Santísima Virgen
Dios te salve, Reina y
Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza
nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos , gimiendo
y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada
nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos
misericordiosos,
y después de este
destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu
vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
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