Tiempo de
Cuaresma, Jueves, Salterio II
LAUDES
Oración de la
mañana
"En la
Eternidad éramos;
al nacer
comenzamos a existir.
Existir es ser
en el tiempo.
Y al morir
dejamos de existir,
pero no dejamos de ser.
pero no dejamos de ser.
Somos seres
espirituales
que vivimos una aventura terrenal".
Teilhard de Chardin
que vivimos una aventura terrenal".
Teilhard de Chardin
Toda su temática alude al despertar y a su equivalencia simbólica con la resurrección. En las comunidades religiosas, el horario habitual es las 7 de la mañana, aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida: lo normal es entre 6 y 10 hs.
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Invitatorio
Cuando Laudes es la primera oración litúrgica de la mañana se puede agregar el salmo Invitatorio antes del himno.
Si no, † se hace la señal de la cruz mientras se dice:
Si no, † se hace la señal de la cruz mientras se dice:
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Se añade el Salmo del Invitatorio con su antífona:
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Salmo del Invitatorio
El salmo 94 puede sustituirse por el 99, el 66 o el 24. En tal caso,
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
(Seleccione y pulse el enlace con el salmo del Invitatorio que desea usar).
Salmo 94 Salmo 94: Invitación a la Alabanza Divina
Se recita la antífona que corresponda.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Anímense unos a otro, día tras día, mientras perdura el hoy. Heb 3, 13
Se recita la antífona que corresponda.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Se recita la antífona que corresponda.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
El Señor manda que los redimidos entonen un himno de victoria (S. Atanasio)
Se recita la antífona que corresponda.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Sepan que la salvación de Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28)
Se recita la antífona que corresponda.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Las puertas del cielo se abren ante Cristo que, como hombre, sube al cielo (S. Ireneo)
Se recita la antífona que corresponda y la asamblea la repite.
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Himno: Pastor
que con tus silbos amorosos.
Pastor
que con tus silbos amorosos
me despertaste del
profundo sueño:
tú, que hiciste cayado de
ese leño
en que tiendes los brazos
poderosos,
vuelve los ojos a mi fe
piadosos,
pues te confieso por mi
amor y dueño
y la palabra de seguir te
empeño
tus dulces silbos y tus
pies hermosos.
Oye, Pastor, pues por
amores mueres,
no te espante el rigor de
mis pecados,
pues tan amigo de rendidos
eres.
Espera, pues, y escucha
mis cuidados.
Pero ¿cómo te digo que me
esperes,
si estás, para esperar,
los pies clavados?. ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Despierta
tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Salmo 79: Ven a visitar tu Viña.
Ven, Señor Jesús. (Apoc 22, 20)
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a
un rebaño;
tú que te sientas sobre
querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y
Manasés;
despierta tu poder y ven a
salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Señor Dios de los
ejércitos,
¿hasta cuándo estarás
airado
mientras tu pueblo te
suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las
disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se
burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos,
restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles,
y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y
echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las
montañas,
y sus pámpanos, los cedros
altísimos;
extendió sus sarmientos
hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran
Río.
¿Por qué has derribado su
cerca
para que la saqueen los
viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las
alimañas?
Dios de los ejércitos,
vuélvete:
mira desde el cielo,
fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra
plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han
prendido fuego:
con un bramido hazlos
perecer.
Que tu mano proteja a tu
escogido,
al hombre que tú
fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que
invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los
ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Ant 2. Anuncien a
toda la tierra que el señor hizo proezas.
Cantico - Is 12, 1-6: Accion de Gracias del Pueblo Salvado
El que tenga Sed que venga a mi y beba. (Jn 7, 37)
Te doy gracias, Señor,
Cantico - Is 12, 1-6: Accion de Gracias del Pueblo Salvado
El que tenga Sed que venga a mi y beba. (Jn 7, 37)
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado
contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi
poder
es el Señor, él fue mi salvación.
es el Señor, él fue mi salvación.
Y sacarán aguas con gozo
de las fuentes de la
salvación.
Aquel día, dirán: Den
gracias al Señor,
invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus
hazañas,
proclamen que su nombre es
excelso.
Tañan para el Señor, que
hizo proezas;
anúncienlas a toda la
tierra;
griten jubilosos,
habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio
de ti
el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Anuncien a toda la tierra que el señor hizo proezas.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Anuncien a toda la tierra que el señor hizo proezas.
Ant 3. Aclamen a Dios,
nuestra fuerza.
Salmo 80 - Renovación de la Alianza.
Miren que no tenga nadie un corazón malo e incrédulo. (Heb. 3, 12).
Salmo 80 - Renovación de la Alianza.
Miren que no tenga nadie un corazón malo e incrédulo. (Heb. 3, 12).
Aclamen a Dios, nuestra fuerza;
den vítores al Dios de
Jacob:
acompañen, toquen los
panderos,
las cítaras templadas y
las arpas;
toquen la trompeta por la
luna nueva,
por la luna llena, que es
nuestra fiesta;
porque es una ley de
Israel,
un precepto del Dios de
Jacob,
una norma establecida para
José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje
desconocido:
«Retiré sus hombros de la
carga,
y sus manos dejaron la
espuerta.
Clamaste en la aflicción,
y te libré,
te respondí oculto entre
los truenos,
te puse a prueba junto a
la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy
testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases,
Israel!
No tendrás un dios
extraño,
no adorarás un dios
extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de
Egipto;
abre tu boca y yo la
saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó
mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón
obstinado,
para que anduviesen según
sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi
pueblo
y caminase Israel por mi
camino!:
en un momento humillaría a
sus enemigos
y volvería mi mano contra
sus adversarios;
los que aborrecen al Señor
te adularían,
y su suerte quedaría
fijada;
te alimentaría con flor de
harina,
te saciaría con miel
silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Aclamen a Dios, nuestra fuerza.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Aclamen a Dios, nuestra fuerza.
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Lectura Breve Cf.
1R 8, 51a. 52-53a
Nosotros, Señor, somos tu pueblo y tu heredad; que tus ojos estén abiertos
a las súplicas de tu siervo y a la súplica de tu pueblo Israel,
para escuchar todos sus clamores hacia ti. Porque tú nos separaste para ti
como herencia tuya de entre todos los pueblos de la tierra.
a las súplicas de tu siervo y a la súplica de tu pueblo Israel,
para escuchar todos sus clamores hacia ti. Porque tú nos separaste para ti
como herencia tuya de entre todos los pueblos de la tierra.
Responsorio
Breve
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará
de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Él me librará de la red del cazador.
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Cántico
Evangélico
Ant. Hijo mío, acuérdate de que ya recibiste tus bienes en la vida;
Lázaro, en cambio, recibió males.
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Hijo mío, acuérdate de que ya recibiste tus bienes en la vida;
Ant. Hijo mío, acuérdate de que ya recibiste tus bienes en la vida;
Lázaro, en cambio, recibió males.
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Hijo mío, acuérdate de que ya recibiste tus bienes en la vida;
Lázaro, en cambio, recibió males.
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Preces
Celebremos la bondad de Dios, que por Cristo se reveló como Padre nuestro,
y digámosle de todo corazón:
Celebremos la bondad de Dios, que por Cristo se reveló como Padre nuestro,
y digámosle de todo corazón:
R./ Acuérdate,
Señor, de que somos hijos tuyos.
Concédenos vivir con toda
plenitud el misterio de la Iglesia,
- a fin de que
nosotros y todos los hombres
encontremos en ella un sacramento eficaz de salvación.
encontremos en ella un sacramento eficaz de salvación.
Padre, que amas a todos
los hombres,
haz que cooperemos al progreso de la comunidad humana
haz que cooperemos al progreso de la comunidad humana
- y que en todo
busquemos tu reino con nuestros esfuerzos.
Haz que tengamos hambre y
sed de justicia
- y acudamos a
nuestra fuente, que es Cristo,
el cual entregó su vida para que fuéramos saciados.
el cual entregó su vida para que fuéramos saciados.
Perdona, Señor, todos
nuestros pecados
- y dirige
nuestra vida por el camino de la sencillez y de la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque sabemos que somos hijos de Dios,
llenos de confianza nos atrevemos a decir:
- Padre Nuestro…
Oración
Dios nuestro, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido,
atrae hacia ti nuestros corazones, para que, inflamados por el fuego de tu Espíritu,
permanezcamos firmes en la fe y seamos diligentes para hacer el bien.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Dios nuestro, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido,
atrae hacia ti nuestros corazones, para que, inflamados por el fuego de tu Espíritu,
permanezcamos firmes en la fe y seamos diligentes para hacer el bien.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El
Señor esté con ustedes.
R. Y
con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se
despide de la comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos
gracias a Dios!
En el
rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no
ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
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VÍSPERAS
Oración de la
tarde
Sus motivos aluden al fin del trabajo y del día activo, y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor. Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado. Los días que preceden a una Solemnidad no tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas, pero para los domingos y solemnidades, que comienzan la tarde anterior y por lo tanto tienen dos vísperas: las «primeras», que son la tarde anterior (la del sábado, en el caso de un domingo), y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica
(la tarde del domingo, siguiendo el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
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Invocación
Inicial
V. Dios
mío, ven en mi auxilio.
R. ¡Señor, date prisa en socorrerme!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. ¡Señor, date prisa en socorrerme!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como
era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Himno: Señor,
la luz del día ya se apaga.
Señor, la luz del día ya
se apaga,
la noche va extendiendo sus tinieblas;
la noche va extendiendo sus tinieblas;
alumbra lo más hondo de
las almas
en este santo tiempo de
Cuaresma.
Conoces nuestra vida y
nuestra historia
y sabes que también hemos
pecado,
por eso hacia ti nos
dirigimos
confiando que seremos
perdonados.
Unidos con la Iglesia
recorremos
la senda que nos lleva
hasta el Calvario,
llevando en nuestro cuerpo
tus dolores,
sufriendo lo que aún no
has completado.
Escucha nuestra voz, amado
Padre,
que, junto con tu Hijo
Jesucristo,
enviaste tu Espíritu a los
hombres,
sellando con tu gracia sus
destinos. ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Te hago luz de
las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.
Salmo 71-I: Poder
Real del Mesías
Abriendo sus cofres le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mt. 2, 11)
Abriendo sus cofres le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mt. 2, 11)
Dios mío, confía tu juicio
al rey,
tu justicia al hijo de
reyes,
para que rija a tu pueblo
con justicia,
a tus humildes con
rectitud.
Que los montes traigan
paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los
humildes del pueblo,
socorra a los hijos del
pobre
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el
sol,
como la luna, de edad en
edad;
que baje como lluvia sobre
el césped,
como llovizna que empapa
la tierra.
Que en sus días florezca
la justicia
y la paz hasta que falte
la luna.
Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de
la tierra.
Que en su presencia se
inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan
el polvo;
que los reyes de Tarsis y
de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de
Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él
todos los reyes,
y que todos los pueblos le
sirvan.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Te hago luz de
las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.
Ant 2. Socorrerá el
Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Salmo 71-II: Poder
Real del Mesías
Por lo tanto, amando a Dios es como renovamos en nosotros su imagen. (San Columbano)
Por lo tanto, amando a Dios es como renovamos en nosotros su imagen. (San Columbano)
Él librará al pobre que
clamaba,
al afligido que no tenía
protector;
él se apiadará del pobre y
del indigente,
y salvará la vida de los
pobres;
él rescatará sus vidas de
la violencia,
su sangre será preciosa a
sus ojos.
Que viva y que le traigan
el oro de Saba;
él intercederá por el
pobre
y lo bendecirá.
Que haya trigo abundante
en los campos,
y ondee en lo alto de los
montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como
hierba del campo.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el
sol;
que él sea la bendición de
todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso
todas las razas de la tierra.
Bendito sea el Señor, Dios
de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su
nombre glorioso,
que su gloria llene la
tierra.
¡Amén, amén!
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Socorrerá el
Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Ant 3. Ahora se
estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
Cántico - Ap 11,
17-18; 12, 10b-12a: El Juicio de Dios.
"Yo soy quien los condujo al jardín de la tierra para que gozaran sus bienes y comieran los mejores frutos." Jer, 2, 7
"Yo soy quien los condujo al jardín de la tierra para que gozaran sus bienes y comieran los mejores frutos." Jer, 2, 7
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y
el que eras,
porque has
asumido el gran poder
y comenzaste a
reinar.
Se
encolerizaron las naciones,
llegó tu
cólera,
y el tiempo de
que sean juzgados los muertos,
y de dar el
galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos
y a los que temen tu nombre,
y a los
pequeños y a los grandes,
y de arruinar
a los que arruinaron la tierra.
Ahora se
estableció la salud y el poderío,
y el reinado
de nuestro Dios,
y la potestad
de su Cristo;
porque fue
precipitado
el acusador de
nuestros hermanos,
el que los
acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le
vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la
palabra del testimonio que dieron,
y no amaron
tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estén
alegres, cielos,
y los que moran
en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Ahora se
estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
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Lectura Breve St 4, 7-8. 10
Vivan sometidos a Dios.
Resistan al diablo y huirá de ustedes.
Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes. Pecadores, lávense las manos;
purifiquen sus corazones, gente que obran con doblez.
Humíllense en la presencia del Señor y él os ensalzará..
Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes. Pecadores, lávense las manos;
purifiquen sus corazones, gente que obran con doblez.
Humíllense en la presencia del Señor y él os ensalzará..
Responsorio
Breve
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
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Cántico
Evangélico
Ant. Aquel rico que
negó las migajas de pan a Lázaro pidió luego una gota de agua.
Cántico de María
- Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en El Señor
Proclama mi alma la
grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en
Dios, mi salvador;
porque ha mirado la
humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a
sus fieles
de generación en generación.
de generación en generación.
El hace proezas con su
brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los
poderosos
y enaltece a los humildes,
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los
colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su
siervo,
acordándose de su misericordia
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a
nuestros padres-
en favor de Abraham y su
descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Aquel rico que
negó las migajas de pan a Lázaro pidió luego una gota de agua.
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Preces
Celebremos la misericordia
de Dios, que nos ilumina con la gracia del Espíritu Santo para que nuestra vida
resplandezca con obras de fe y santidad, y supliquémosle, diciendo:
R./ Renueva,
Señor, al pueblo redimido por Cristo.
Señor, fuente y autor de
toda santidad, haz que los obispos, sacerdotes y diáconos, al participar de la
mesa eucarística, se unan más plenamente a Cristo,
- para que vean
renovada la gracia
que les fue conferida por la imposición de manos.
que les fue conferida por la imposición de manos.
Impulsa a tus fieles para
que, con santidad de vida, participen activamente de la mesa de la palabra y
del cuerpo de Cristo
- y vivan lo que
han recibido por la fe y los sacramentos.
Concédenos, Señor,
que reconozcamos la dignidad de todo hombre redimido con la sangre de tu Hijo
que reconozcamos la dignidad de todo hombre redimido con la sangre de tu Hijo
- y que
respetemos su libertad y su conciencia.
Haz que todos los hombres
sepan moderar sus deseos de bienes temporales
- y que atiendan
a las necesidades de los demás.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Acuérdate, Señor, de todos
los que has llamado hoy a la eternidad
- y concédeles el
don de la eterna bienaventuranza.
Invoquemos a Dios Padre
con la oración que nos enseñó Jesús:
- Padre
nuestro...
Oración
Dios nuestro, que amas la
inocencia y la devuelves a quienes la han perdido,
atrae hacia ti nuestros corazones, para que, inflamados por el fuego de tu Espíritu,
permanezcamos firmes en la fe y seamos diligentes para hacer el bien.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
atrae hacia ti nuestros corazones, para que, inflamados por el fuego de tu Espíritu,
permanezcamos firmes en la fe y seamos diligentes para hacer el bien.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el
obispo, o bien con la bendición común:
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se despide de la
comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En el rezo individual o en
una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. En Paz
R. ¡Amén!
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Jueves de la Segunda
Semana
COMPLETAS
Oración antes
del descanso nocturno
Sus textos aluden al sueño, y a su equivalencia simbólica con la muerte.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir
enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas- que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo, ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico, excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas- que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo, ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico, excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
Invocación
Inicial
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Examen de Conciencia (Fórmula 1)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Examen de Conciencia (Fórmula 1)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes,
hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro
Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de
nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
Examen de Conciencia (Fórmula 2)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Señor, ten misericordia de nosotros.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.
Examen de Conciencia (Fórmula 3)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos:
Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
V. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten
piedad.
R. Cristo, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
Examen de
Conciencia
V. Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios
todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra,
obra y omisión:
por mi culpa, por mi
culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa
María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los
santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante
Dios, nuestro Señor.
V. El Señor
todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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Himno: Cuando
llegó el instante de tu muerte.
Cuando llegó el instante
de tu muerte
inclinaste la frente hacia
la tierra,
como todos los mortales;
mas no eras tú el hombre
derribado,
sino el Hijo que muerto
nos contempla.
Cuando me llegue el
tránsito esperado
y siga sin retorno por mi
senda,
como todos los mortales,
el sueño de tu rostro será
lumbre
y tu gloria mi gloria
venidera.
El silencio sagrado de la
noche
tu paz y tu venida nos
recuerdan,
Cristo, luz de los
mortales;
acepta nuestro sueño
necesario
como secreto amor que a ti
se llega. ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Mi carne
descansa serena.
Salmo 15: Cristo
y sus Miembros Esperan la Resurrección.
Dios resucitó a Jesús, rompliendo las ataduras de la muerte. (Hech. 2, 24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Dios resucitó a Jesús, rompliendo las ataduras de la muerte. (Hech. 2, 24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al
Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y
señores de la tierra
no me
satisfacen.
Multiplican
las estatuas
de dioses
extraños;
no derramaré
sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus
nombres en mis labios.
El Señor es mi
heredad y mi copa;
mi suerte está
en tu mano:
me ha tocado
un lote hermoso,
me encanta mi
heredad.
Bendeciré al
Señor, que me aconseja,
hasta de noche
me instruye internamente.
Tengo siempre
presente al Señor,
con él a mi
derecha no vacilaré.
Por eso se me
alegra el corazón,
se gozan mis
entrañas,
y mi carne
descansa serena.
Porque no me
entregarás a la muerte,
ni dejarás a
tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás
el sendero de la vida,
me saciarás de
gozo en tu presencia,
de alegría
perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. ¡Amén!
Ant. Sé tú, Señor,
la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
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Lectura Breve:
1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la
paz les consagre totalmente
y que todo su ser, alma y cuerpo,
sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
y que todo su ser, alma y cuerpo,
sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
Responsorio
Breve
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
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Cántico
Evangélico
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de
Simeón Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu
promesa,
puedes dejar a tu siervo
irse en paz,
porque mis ojos han visto
a tu Salvador,
a quien has presentado
ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las
naciones
y gloria de tu pueblo
Israel.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
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Oración
Conclusiva
Señor, Dios nuestro,
concédenos un descanso tranquilo
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda,
te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Por Cristo nuestro Señor.
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda,
te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Bendición
V. El Señor
todopoderoso
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!
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Antífona Final de la
Santísima Virgen (1)
Dios
te salve,
Reina y Madre de misericordia,
Reina y Madre de misericordia,
vida,
dulzura y esperanza nuestra,
Dios
te salve.
A
ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a
ti suspiramos , gimiendo y llorando
en
este valle de lágrimas.
Ea,
pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve
a nosotros tus ojos misericordiosos,
y
después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto
bendito de tu vientre.
¡Oh
clemente, oh piadosa,
oh
dulce Virgen María!
Antífona
Final de la Santísima Virgen (2)
Bajo
tu amparo nos acogemos,
santa
Madre de Dios,
no
desprecies las oraciones
que
te dirigimos en nuestras necesidades,
antes
bien, líbranos de todo peligro,
oh
Virgen gloriosa y bendita.
Antífona
Final de la Santísima Virgen (3)
Madre
del Redentor,
Virgen
fecunda,
puerta
del cielo siempre abierta,
estrella
del mar,
ven
a librar al pueblo que tropieza
y
se quiere levantar.
Ante
la admiración de cielo y tierra,
engendraste
a tu santo Creador,
y
permaneces siempre virgen.
Recibe
el saludo del ángel Gabriel,
y
ten piedad de nosotros, pecadores.
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