Sobre el Oficio Divino
En el Oficio Divino se rezan himnos, antífonas, salmos, etc.
La gran mayoría son textos extraídos de la Biblia y ordenados de manera estructurada y metódica, de tal forma que,
al leerlas, meditarlas, y compartirlas, van dirigidas a Dios usando las mismas palabras con las que Él nos habla.
al leerlas, meditarlas, y compartirlas, van dirigidas a Dios usando las mismas palabras con las que Él nos habla.
Al orar en comunión con la Iglesia Universal,esperamos que Nuestro Dios las escuche y nos atienda.
IMPORTANTE:
Toda la información que ofrecemos es generalmente informativa.
En ningún caso es vinculante o aplicable a situaciones específicas
en las que sólo el pastor o la iglesia responsable tiene la capacidad de adoptar.
La Parroquia y cualquiera de sus ministerios no somos responsables de la interpretación, aplicación, daño a terceros de cualquier tipo,
En ningún caso es vinculante o aplicable a situaciones específicas
en las que sólo el pastor o la iglesia responsable tiene la capacidad de adoptar.
La Parroquia y cualquiera de sus ministerios no somos responsables de la interpretación, aplicación, daño a terceros de cualquier tipo,
daño a la propiedad o cualquier otro que pueda surgir de los documentos que compartimos.
Las autoridades eclesiásticas tienen que decidir lo que es apropiado y cómo aplicar las reglas actuales de la Iglesia.
La información que publicamos es de buena fe y gratuita.
P. Diego Cabrera Rojas
Liturgia de las Horas en Latinoamericano
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Liturgia de las Horas en Latinoamericano
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"Si el alma hace buen uso
de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
Él nos enseñó, por medio de sus preceptos,
que debemos redituarle frutos
de todas las virtudes
que sembró en nosotros al crearnos".
San Columbano.
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de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
Él nos enseñó, por medio de sus preceptos,
que debemos redituarle frutos
de todas las virtudes
que sembró en nosotros al crearnos".
San Columbano.
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Las Laudes de la mañana se dirigen y ordenan con la finalidad de santificar la mañana.
Al celebrarse con la salida del sol, nos recuerdan la resurrección de Jesús, El Señor, la luz verdadera
que ilumina a todos los hombres (cf Jn 1,9) y el “Sol de Justicia (Mal 3, 20) que nace de lo alto (Lc 1, 78).
Toda su temática alude al despertar y a su equivalencia simbólica con la resurrección.
En las comunidades religiosas, el horario habitual es las 7 de la mañana,
aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida: lo normal es entre 6 y 10 horas.
NOTA: La "Oración del Salmo" está traducida y adaptada del Oficio Divino en Inglés para Norteamérica.
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Invitatorio
Invitatorio
Cuando Laudes es la primera oración litúrgica de la mañana se puede agregar el salmo Invitatorio antes del himno.
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan con el Invitatorio.
En el rezo privado, puede decirse la antífona sólo al inicio y al fin. (Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan con el Invitatorio.
En el rezo privado, puede decirse la antífona sólo al inicio y al fin. (Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Se añade el
Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Salmo del Invitatorio
Salmo del Invitatorio
Luego puede decirse el salmo del Invitatorio, con su antífona, como se indica al comienzo, o, si se prefiere, omitido el salmo,
se dice en seguida el himno. (Cuando se aplica la forma responsorial, la asamblea repite la antífona después de cada estrofa)
se dice en seguida el himno. (Cuando se aplica la forma responsorial, la asamblea repite la antífona después de cada estrofa)
Además de los himnos que aparecen aquí, pueden usarse, sobre todo en las celebraciones con el pueblo,
otros cantos oportunos y debidamente aprobados. El salmo 94 puede sustituirse por el 99, el 66 o el 24. En tal caso,
otros cantos oportunos y debidamente aprobados. El salmo 94 puede sustituirse por el 99, el 66 o el 24. En tal caso,
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
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Salmo 94 Invitación a la Alabanza Divina
Anímense unos a otro, día tras día, mientras perdura el hoy. Heb 3, 13
Ant. Al Señor, al Dios grande, vengan, adorémoslo.
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Al Señor, al Dios grande, vengan, adorémoslo.
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Al Señor, al Dios grande, vengan, adorémoslo.
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Salmo 66 (opcional): Que todos los pueblos alaben al Señor
Sepan que la salvación de
Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28)
Ant. Al Señor, al Dios grande, vengan, adorémoslo.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Al Señor, al
Dios grande, vengan, adorémoslo.
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Himnos:
Son composiciones poéticas en alabanza a Dios, a la Virgen o a los Santos. Éstos introducen en la celebración un elemento
que nos ayuda a pasar de lo puramente popular a lo eclesial y bíblico. Además de estos Himnos, pueden usarse,
sobre todo, en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
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Himno: Te damos gracias, Señor.
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Himnos:
Son composiciones poéticas en alabanza a Dios, a la Virgen o a los Santos. Éstos introducen en la celebración un elemento
que nos ayuda a pasar de lo puramente popular a lo eclesial y bíblico. Además de estos Himnos, pueden usarse,
sobre todo, en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
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Himno: Te damos gracias, Señor.
Te damos gracias, Señor,
porque
has depuesto la ira
y
has detenido ante el pueblo
la
mano que lo castiga.
Tú
eres el Dios que nos salva,
la
luz que nos ilumina,
la
mano que nos sostiene
y
el techo que nos cobija.
Y
sacaremos con gozo
del
manantial de la Vida
las
aguas que dan al hombre
la
fuerza que resucita.
Entonces
proclamaremos:
«¡Cántenle
con alegría!
¡El
nombre de Dios es grande!
¡Su
caridad infinita!
¡Que
alabe al Señor la tierra!
Cantemos
sus maravillas.
¡Qué
grande, en medio del pueblo
el
Dios que nos justifica!». ¡Amén!
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SALMODIA
Es un conjunto de salmos y cánticos bíblicos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento que componen la Liturgia de las Horas.
Éstos son el núcleo principal del Oficio y también su parte más extensa.
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Éstos son el núcleo principal del Oficio y también su parte más extensa.
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Ant 1. Envíame,
Señor, tu luz y tu verdad.
Salmo 42: Deseo del Templo.
Yo he venido al mundo como luz. (Jn. 12, 46)
Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa
contra
gente sin piedad,
sálvame
del hombre traidor y malvado.
Tú
eres mi Dios y protector,
¿por
qué me rechazas?
¿Por
qué voy andando sombrío,
hostigado
por mi enemigo?
Envía
tu luz y tu verdad: que ellas me guíen
y
me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta
tu morada.
Que
yo me acerque al altar de Dios,
al
Dios de mi alegría;
que
te dé gracias al son de la cítara, Señor, Dios mío.
¿Por
qué te acongojas, alma mía,
por
qué te me turbas?
Espera
en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud
de mi rostro, Dios mío.»
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración del salmo
Padre
Todopoderoso, fuente de luz eterna,
envía tu verdad a nuestros corazones
y derrama sobre nosotros el brillo de tu luz.
envía tu verdad a nuestros corazones
y derrama sobre nosotros el brillo de tu luz.
Ant. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
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Ant 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Ant 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Cantico - Is 38, 10-14. 17-20: Angustia de un Moribundo y Alegría de la Curación.
Yo soy el que vive y estaba muerto… y tengo las llaves de la muerte. (Apoc 1, 17.18)
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia
las puertas del abismo;
me privan del resto de mis
años.»
Yo pensé: «Ya no veré más
al Señor en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
Levantan y enrollan mi
vida como una tienda de pastores.
Como un tejedor devanaba
yo mi vida, y me cortan la trama.»
Día y noche me estás
acabando, sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos
como un león,
día y noche me estás acabando.
día y noche me estás acabando.
Estoy piando como una
golondrina, gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo
se consumen:
¡Señor, que me oprimen,
sal fiador por mí!
Me has curado, me has
hecho revivir,
la amargura se me volvió
paz
cuando detuviste mi alma
ante la tumba vacía
y volviste la espalda a
todos mis pecados.
El abismo no te da
gracias, ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son
quienes te alaban: como yo ahora.
El Padre enseña a sus
hijos tu fidelidad.
Sálvame, Señor, y
tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la
casa del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
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Ant 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
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Ant 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
Salmo 64 - Solemne Acción de Gracias.
Cuando se habla de Sión debe entenderse del reino eterno (Orígenes).
¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,
y a ti se te cumplen los
votos,
porque tú escuchas las
súplicas.
A ti acude todo mortal
a causa de sus culpas;
nuestros delitos nos abruman,
pero tú los perdonas.
Dichoso el que tú eliges y
acercas
para que viva en tus
atrios:
que nos saciemos de los
bienes de tu casa,
de los dones sagrados de
tu templo.
Con portentos de justicia
nos respondes,
Dios, salvador nuestro;
tú, esperanza del confín
de la tierra
y del océano remoto;
Tú que afianzas los montes
con tu fuerza,
ceñido de poder;
tú que reprimes el
estruendo del mar,
el estruendo de las olas
y el tumulto de los
pueblos.
Los habitantes del extremo
del orbe
se sobrecogen ante tus
signos,
y a las puertas de la
aurora y del ocaso
las llenas de júbilo.
Tú cuidas de la tierra, la
riegas
y la enriqueces sin
medida;
la acequia de Dios va
llena de agua,
preparas los trigales;
riegas los surcos, igualas
los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes;
coronas el año con tus
bienes,
las rodadas de tu carro
rezuman abundancia;
rezuman los pastos del
páramo,
y las colinas se orlan de
alegría;
las praderas se cubren de
rebaños,
y los valles se visten de
mieses,
que aclaman y cantan.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración del salmo
Señor
Dios, esperanza de toda la tierra,
escucha la humilde oración de tus hijos mientras cantamos tus alabanzas.
Derrama tu Espíritu sobre nosotros
para que nuestras vidas den frutos abundantemente.
Ant. Alaben al Señor por su inmensa grandeza. ¡Aleluya!
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Lectura Breve Jr 15, 16
escucha la humilde oración de tus hijos mientras cantamos tus alabanzas.
Derrama tu Espíritu sobre nosotros
para que nuestras vidas den frutos abundantemente.
Ant. Alaben al Señor por su inmensa grandeza. ¡Aleluya!
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Lectura Breve Jr 15, 16
No vivan, hermanos, en tinieblas
para que el día del Señor no los sorprenda como ladrón;
porque todos son hijos de la luz e hijos del día.
para que el día del Señor no los sorprenda como ladrón;
porque todos son hijos de la luz e hijos del día.
No somos de la noche ni de
las tinieblas.
Silencio sagrado (indicado
por una campana):
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones la resonancia total de la voz del Espíritu Santo
y unir nuestra oración personal más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio Breve
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones la resonancia total de la voz del Espíritu Santo
y unir nuestra oración personal más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio Breve
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
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Cántico Evangélico (Benedictus)
Los cánticos son tomados del Evangelio de Lucas. Se rezan o cantan de pie, y se hace la señal de la Cruz al inicio de su proclamación.
Los cánticos evangélicos son solo tres: Benedictus, (Laudes) Magnificat (Vísperas) y Nunc dimittis (Completas).
El Benedictus, cántico de Zacarías, padre de Juan Bautista, canta la venida del Mesías, como bendición de Dios, "sol que nace de lo alto",
por lo que su proclamación en Laudes refuerza el sentido matutino simbólico de la oración.
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Ant. De la mano de nuestros enemigos,
líbranos, Señor.
Cántico de Zacarías: Lc 1, 68-79 - El Mesías y su Precursor
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
† Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. De
la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
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Preces - Para consagrar a Dios el día y el trabajo
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Preces - Para consagrar a Dios el día y el trabajo
Bendigamos a nuestro Salvador,
que con su resurrección ha iluminado el mundo, y digámosle suplicantes:
R./ Haz, Señor,
que caminemos por tu senda.
Señor Jesús, al consagrar
nuestra oración matinal
en memoria de tu santa resurrección,
en memoria de tu santa resurrección,
- te pedimos que
la esperanza de participar de tu gloria ilumine todo nuestro día.
Te ofrecemos, Señor, los
deseos y proyectos de nuestra jornada:
- dígnate
aceptarlos y bendecirlos como primicia de nuestro día.
Concédenos crecer hoy en
tu amor,
- a fin de que
todo concurra para nuestro bien y el de nuestros hermanos.
Haz, Señor, que el ejemplo
de nuestra vida
resplandezca como una luz ante los hombres,
resplandezca como una luz ante los hombres,
- para que todos
den gloria al Padre que está en los cielos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres,
pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros:
- Padre Nuestro…
Oración
Señor Jesucristo, luz verdadera que alumbras a todo hombre
Señor Jesucristo, luz verdadera que alumbras a todo hombre
y
le muestras el camino de la salvación:
concédenos
la abundancia de tu gracia
para
que preparemos, delante de ti, sendas de justicia y de paz.
Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por
los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo, utilizando una de estas dos fórmulas finales:
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Fórmula larga:
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Conclusión:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo, utilizando una de estas dos fórmulas finales:
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Fórmula larga:
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio,
custodie sus corazones y sus pensamientos
en el conocimiento y el amor de Dios
y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
custodie sus corazones y sus pensamientos
en el conocimiento y el amor de Dios
y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R. ¡Amén!
V. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
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Fórmula breve:
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se despide de la comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. † El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
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Tiempo Ordinario. Martes de la Semana II - De la Feria. Salterio II
VÍSPERAS - Oración de la tarde
al nacer comenzamos a
existir.
Existir es ser en el
tiempo.
Y al morir dejamos de
existir,
pero no dejamos de
ser.
Somos seres espirituales
que vivimos una
aventura terrenal".
Teilhard de Chardin
Sus motivos aluden al fin del trabajo y del día activo,
y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado.
y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado.
Los días que preceden a una Solemnidad no tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas,
pero para los domingos y solemnidades, que comienzan la tarde anterior y por eso tienen dos vísperas:
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas,
pero para los domingos y solemnidades, que comienzan la tarde anterior y por eso tienen dos vísperas:
las «primeras», que son la tarde anterior (la del sábado, en el caso de un domingo),
y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica (la tarde del domingo, sigue el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
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y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica (la tarde del domingo, sigue el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
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Invocación Inicial
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. ¡Señor, date prisa en socorrerme!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén, Aleluya!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén, Aleluya!
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Himnos:
Himnos:
Son composiciones poéticas en alabanza a Dios, a la Virgen o a los Santos. Éstos introducen en la celebración un elemento
que nos ayuda a pasar de lo puramente popular a lo eclesial y bíblico. Además de estos Himnos, pueden usarse,
sobre todo, en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
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Himno: Mentes cansadas.
Mentes cansadas,
manos encallecidas,
labriegos al fin de la
jornada,
jornaleros de tu viña,
venimos, Padre,
atardecidos de cansancio,
agradecidos por la lucha,
a recibir tu denario.
Llenos de polvo,
el alma hecha girones,
romeros al filo de la
tarde,
peregrinos de tus montes,
venimos, Padre,
heridos por los
desengaños,
contentos por servir a tu
mesa,
a recibir tu denario.
Hartos de todo,
llenos de nada,
sedientos al brocal de tus
pozos
y hambrientos de tu casa,
venimos, Padre,
el corazón entre tus
brazos,
la frente humilde de
delitos,
a recibir tu denario. ¡Amén!
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SALMODIA
Es un conjunto de salmos y cánticos bíblicos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento que componen la Liturgia de las Horas.
Éstos son el núcleo principal del Oficio y también su parte más extensa.
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Ant 1. No puedes servir a Dios y al dinero.
Salmo 48 I - Vanidad
de las Riquezas
Es muy difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos. (Mt 19, 23)
Es muy difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos. (Mt 19, 23)
Oigan esto, todas las
naciones,
escúchenlo, habitantes del
orbe:
plebeyos y nobles, ricos y
pobres;
mi boca hablará
sabiamente,
y serán muy sensatas mis
reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al
son de la cítara.
¿Por qué habré de temer
los días aciagos,
cuando me cerquen y me
acechen los malvados,
que confían en su
opulencia
y se jactan de sus
inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse ni
dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de
la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente sin
bajar a la fosa.
Miren: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los
ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a
extraños.
El sepulcro es su morada
perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a
países.
El hombre no perdura en la
opulencia,
sino que perece como los
animales.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. No puedes
servir a Dios y al dinero.
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Ant 2. «Acumulen tesoros en el cielo», dice el Señor.
Ant 2. «Acumulen tesoros en el cielo», dice el Señor.
Salmo 48-II:
Busca, pues, el conocimiento supremo, no con disquisiciones verbales, sino con la perfección de una buena conducta. (San Columbano)
Busca, pues, el conocimiento supremo, no con disquisiciones verbales, sino con la perfección de una buena conducta. (San Columbano)
Éste es el camino de los
confiados,
el destino de los hombres
satisfechos:
son un rebaño para el
abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la
tumba;
se desvanece su figura
y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del
abismo
y me lleva consigo.
No te preocupes si se
enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su
casa:
cuando muera, no se llevará
nada,
su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se
felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo
pasas»,
irá a reunirse con sus
antepasados,
que no verán nunca la luz.
El hombre rico e
inconsciente
es como un animal que
perece.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Oración del salmo
Haz
que nuestras bocas hablen tu sabiduría, Señor Jesús,
y ayúdanos a recordar que te hiciste hombre
y nos redimiste de la muerte para que merezcamos la belleza de tu luz.
y ayúdanos a recordar que te hiciste hombre
y nos redimiste de la muerte para que merezcamos la belleza de tu luz.
Ant. «Acumulen
tesoros en el cielo», dice el Señor.
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Ant 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
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Ant 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
Cántico - Apoc 11;
11, 5. 9-10. 12: Himno al Dios Creador.
Dios ha de ser creído tal cual es, invisible, aunque el corazón puro pueda, en parte, contemplarlo. (San Columbano)
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
Dios ha de ser creído tal cual es, invisible, aunque el corazón puro pueda, en parte, contemplarlo. (San Columbano)
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el
poder, porque tú has creado el universo;
porque por tu
voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de
tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste
degollado
y por tu sangre
compraste para Dios
hombres de
toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de
ellos para nuestro Dios
un reino de
sacerdotes y reinan sobre la tierra.
Digno es el
Cordero degollado
de recibir el
poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el
honor, la gloria y la alabanza.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Digno es el
Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
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Lectura Breve: Rom 3, 23-25a
Lectura Breve: Rom 3, 23-25a
Todos pecaron y se hallan
privados de la gloria de Dios;
son justificados gratuitamente, mediante la gracia de Cristo,
en virtud de la redención realizada en él,
a quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación.
son justificados gratuitamente, mediante la gracia de Cristo,
en virtud de la redención realizada en él,
a quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación.
Silencio sagrado (indicado
por una campana):
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones la resonancia total de la voz del Espíritu Santo
y unir nuestra oración personal más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio Breve
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones la resonancia total de la voz del Espíritu Santo
y unir nuestra oración personal más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio Breve
V. Me saciarás de
gozo en tu presencia, Señor.
R. Me saciarás de
gozo en tu presencia, Señor.
V. De alegría
perpetua a tu derecha.
R. En tu presencia, Señor.
R. En tu presencia, Señor.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Me saciarás de
gozo en tu presencia, Señor.
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Cántico Evangélico (Magníficat)
Los cánticos se toman del Evangelio de Lucas. Se rezan o cantan de pie, y se hace la señal de la Cruz al principio de su proclamación.
El Magnificat, (Canto de María) es un canto de gratitud de la Virgen al caer la tarde cuando el Ángel la encontró en oración.
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Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo.
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Cántico Evangélico (Magníficat)
Los cánticos se toman del Evangelio de Lucas. Se rezan o cantan de pie, y se hace la señal de la Cruz al principio de su proclamación.
El Magnificat, (Canto de María) es un canto de gratitud de la Virgen al caer la tarde cuando el Ángel la encontró en oración.
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Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo.
Cántico de María - Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en El Señor.
(se
hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
† Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su
nombre es santo,
y
su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
de generación en generación.
El
hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
y enaltece a los humildes,
a
los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
acordándose de su misericordia
-como
lo había prometido a nuestros padres-
en
favor de Abraham y su descendencia por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Haz, Señor, obras grandes por
nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es
santo.
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Preces o Intercesiones
Alabemos a Cristo, pastor
y obispo de nuestras vidas,
que vela siempre con amor por su pueblo, y digámosle suplicantes:
R./ Protege, Señor,
a tu pueblo.
Pastor eterno, protege a
nuestro obispo N.,
- y a todos los
pastores de la Iglesia.
Mira con bondad a los que
sufren persecución
- y líbralos de
todas sus angustias.
Compadécete de los pobres
y necesitados
- y da pan a los
hambrientos.
Ilumina a los que tienen
la misión de gobernar a los pueblos
- y dales
sabiduría y prudencia.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
No olvides, Señor, a los
difuntos redimidos por tu sangre
- y admítelos en
el festín de las bodas eternas.
Unidos fraternalmente como
hermanos de una misma familia,
invoquemos al Padre común:
invoquemos al Padre común:
- Padre
nuestro...
Oración
Dios todopoderoso y
eterno, Señor del día y de la noche,
humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia,
ilumine siempre nuestras vidas para que así
merezcamos gozar un día de aquella luz en la que tú habitas eternamente.
ilumine siempre nuestras vidas para que así
merezcamos gozar un día de aquella luz en la que tú habitas eternamente.
Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo, utilizando una de estas dos fórmulas finales:
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Fórmula larga:
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio,
custodie sus corazones y sus pensamientos
en el conocimiento y el amor de Dios
y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
custodie sus corazones y sus pensamientos
en el conocimiento y el amor de Dios
y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R. ¡Amén!
V. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
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Fórmula breve:
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se despide de la comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. † El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
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COMPLETAS
Oración antes del descanso nocturno
Oración antes del descanso nocturno
“Él habita en nosotros como el alma en el cuerpo,
a condición de que seamos miembros sanos de él,
de que estemos muertos al pecado." (San Columbano)
a condición de que seamos miembros sanos de él,
de que estemos muertos al pecado." (San Columbano)
Sus textos aluden al sueño, y a su equivalencia
simbólica con la muerte.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana,
es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria,
lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico,
excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
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Invocación Inicial
Invocación Inicial
V. † Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Examen de Conciencia
“Estamos llamados a tener una conciencia limpia hacia Dios y hacia los hombres,
en nuestros corazones y en nuestras mentes, en nuestras acciones y nuestro descanso.
Para hacerlo, es vital que examinemos nuestra conciencia diariamente y que pidamos la misericordia de Dios
cuando nos sintamos débiles, tentados e incompletos y que le pidamos Su fortaleza para mejorar”.
Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia.
en nuestros corazones y en nuestras mentes, en nuestras acciones y nuestro descanso.
Para hacerlo, es vital que examinemos nuestra conciencia diariamente y que pidamos la misericordia de Dios
cuando nos sintamos débiles, tentados e incompletos y que le pidamos Su fortaleza para mejorar”.
Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia.
Aparte de las fórmulas penitenciales mostradas aquí, pueden usarse otras aprobadas.
Además de himnos mostrados aquí, pueden usarse, sobre todo en las celebraciones con el pueblo,
otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
Además de himnos mostrados aquí, pueden usarse, sobre todo en las celebraciones con el pueblo,
otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
Esta hora se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se muestran en el formulario:
Madre del Redentor, Salve, Reina de los cielos, Dios te salve española, Dios te Salve latinoamericana; Bajo tu amparo,
o con algún otro canto debidamente aprobado.
Madre del Redentor, Salve, Reina de los cielos, Dios te salve española, Dios te Salve latinoamericana; Bajo tu amparo,
o con algún otro canto debidamente aprobado.
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Examen de Conciencia (Fórmula 1)
Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia,
el cual, en la celebración comunitaria puede concluirse con un acto penitencial de la siguiente forma:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. † El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
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Examen de Conciencia (Fórmula 2)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
V. Señor, ten misericordia de nosotros.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
V. Señor, ten misericordia de nosotros.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.
V. † El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
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Examen de Conciencia (Fórmula 3)
Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia,
el cual, en la celebración comunitaria puede concluirse con un acto penitencial de la siguiente forma:
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
V. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
V. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
V. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
V. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
V. † El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
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Himnos:
Son composiciones poéticas en alabanza a Dios, a la Virgen o a los Santos. Éstos introducen en la celebración
un elemento que nos ayuda a pasar de lo puramente popular a lo eclesial y bíblico.
Además de estos Himnos, pueden usarse, sobre todo, en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
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Son composiciones poéticas en alabanza a Dios, a la Virgen o a los Santos. Éstos introducen en la celebración
un elemento que nos ayuda a pasar de lo puramente popular a lo eclesial y bíblico.
Además de estos Himnos, pueden usarse, sobre todo, en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
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Himno: Cuando la luz del sol es ya
poniente.
Cuando
la luz del sol es ya poniente,
gracias,
Señor, es nuestra melodía;
recibe,
como ofrenda, amablemente,
nuestro
dolor, trabajo y alegría.
Si
poco fue el amor en nuestro empeño
de
darle vida al día que fenece,
convierta
en realidad lo que fue un sueño
tu
gran amor que todo lo engrandece.
Tu
cruz, Señor, redime nuestra suerte
de
pecadora en justa, e ilumina
la
senda de la vida y de la muerte
del
hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús,
Hijo del Padre, cuando avanza
la
noche oscura sobre nuestro día,
concédenos
la paz y la esperanza
de
esperar cada noche tu gran día. ¡Amén!
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Himno: (opcional) Se inclina ya mi frente.
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Himno: (opcional) Se inclina ya mi frente.
Se
inclina ya mi frente,
sellado
está el trabajo;
Señor,
tu pecho sea
la
gracia del descanso.
Mis
ojos se retiran,
la
voz deja su canto,
pero
el amor enciende
su
lámpara velando.
Lucero
que te fuiste,
con
gran amor amado,
en
tu gloria dormimos
y
en sueños te adoramos. ¡Amén!
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SALMODIA
Es un conjunto de salmos y cánticos bíblicos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento
que componen la Liturgia de las Horas. Éstos son el núcleo principal del Oficio y también su parte más extensa.
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Ant 1. No me escondas
tu rostro, ya que confío en ti.
Salmo 142, 1-11
- Lamentación y Súplica ante la Angustia.
El hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por creer en Cristo Jesús. (Gál 2, 16)
Señor, escucha mi oración;
El hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por creer en Cristo Jesús. (Gál 2, 16)
Señor, escucha mi oración;
tú que eres
fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo,
escúchame.
No llames a
juicio a tu siervo,
pues ningún
hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me
persigue a muerte,
empuja mi vida
al sepulcro,
me confina a
las tinieblas
como a los
muertos ya olvidados.
mi aliento
desfallece,
mi corazón dentro
de mí está yerto.
Recuerdo los
tiempos antiguos,
medito todas
tus acciones,
considero las
obras de tus manos
y extiendo mis
brazos hacia ti:
tengo sed de
ti como tierra reseca.
Escúchame en
seguida, Señor,
que me falta
el aliento.
No me escondas
tu rostro,
igual que a
los que bajan a la fosa.
En la mañana
hazme escuchar tu gracia,
ya que confío
en ti;
indícame el
camino que he de seguir,
pues levanto
mi alma a ti.
Líbrame del
enemigo, Señor,
que me refugio
en ti.
Enséñame a
cumplir tu voluntad,
ya que tú eres
mi Dios.
Tu espíritu,
que es bueno,
me guíe por
tierra llana.
Por tu nombre,
Señor,
consérvame vivo;
consérvame vivo;
por tu
clemencia,
sácame de la angustia.
sácame de la angustia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. No me escondas
tu rostro, ya que confío en ti.
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Lectura Breve: 1 Pe 5, 8-9
Lectura Breve: 1 Pe 5, 8-9
Sean sobrios, estén
despiertos:
su enemigo, el diablo, como león rugiente,
ronda buscando a quien devorar; resístanle, firmes en la fe.
ronda buscando a quien devorar; resístanle, firmes en la fe.
Silencio sagrado (indicado
por una campana):
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones la resonancia total de la voz del Espíritu Santo
y unir nuestra oración personal más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio Breve
Un momento para reflexionar y recibir en nuestros corazones la resonancia total de la voz del Espíritu Santo
y unir nuestra oración personal más estrechamente con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia.
Responsorio Breve
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu.
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Cántico Evangélico (Nunc Dimittis)
Los cánticos se toman del Evangelio de Lucas. Se oran o cantan de pie, al principio de su proclamación se hace la señal de la cruz.
Nunc dimittis “ahora dejas”– es el canto de gratitud de Simeón, por la promesa cumplida de ver al Salvador antes de reunirse con l.
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Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
Cántico de Simeón - Lc 2, 29-32 se
(Sehace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
(Sehace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
† Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a
quien has presentado ante todos los pueblos
luz
para alumbrar a las naciones
y
gloria de tu pueblo Israel.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos,
protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
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Oración Conclusiva
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Oración Conclusiva
Dios
todopoderoso y eterno, Señor del día y de la noche,
humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia,
ilumine siempre nuestras vidas para que así merezcamos gozar un día
de aquella luz en la que tú habitas eternamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina
en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
ilumine siempre nuestras vidas para que así merezcamos gozar un día
de aquella luz en la que tú habitas eternamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina
en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Bendición
Bendición
V. El Señor todopoderoso nos conceda
una noche tranquila y una santa
muerte.
R. ¡Amén!
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Antífonas Finales de la Santísima Virgen
Esta hora se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se muestran en el formulario:
Madre del Redentor, Salve, Reina de los cielos, Dios te salve española, Dios te Salve latinoamericana; Bajo tu amparo,
o con algún otro canto debidamente aprobado.
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Antífonas Finales de la Santísima Virgen
Esta hora se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se muestran en el formulario:
Madre del Redentor, Salve, Reina de los cielos, Dios te salve española, Dios te Salve latinoamericana; Bajo tu amparo,
o con algún otro canto debidamente aprobado.
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1.
Dios te salve, Reina y Madre
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
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2. Madre del Redentor
Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar,
2. Madre del Redentor
Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
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3. Salve, Reina de los cielos
Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles;
3. Salve, Reina de los cielos
Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles;
salve, raíz; salve, puerta, que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella;
salve, oh hermosa doncella, ruega a Cristo por nosotros.
Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella;
salve, oh hermosa doncella, ruega a Cristo por nosotros.
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4. Bajo tu amparo
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
Oh, Virgen gloriosa y bendita.
4. Bajo tu amparo
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
Oh, Virgen gloriosa y bendita.
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5. Reina del cielo, alégrate
Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque el Señor, a quien has merecido llevar, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
5. Reina del cielo, alégrate
Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque el Señor, a quien has merecido llevar, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
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6. "María la Aurora" Traducido y adaptado por Diego Cabrera de “Mary the Dawn” by Kathleen Lundquist
6. "María la Aurora" Traducido y adaptado por Diego Cabrera de “Mary the Dawn” by Kathleen Lundquist
María la raíz, Cristo la vid mística;
¡María la uva, Cristo el vino sagrado!
María la gavilla de trigo, Cristo el pan vivo;
¡María el rosal, Cristo la rosa rojo sangre!
María la fuente, Cristo la corriente limpiadora;
¡María el cáliz, Cristo la sangre salvadora!
María el Templo, Cristo el Señor del Templo;
¡María el Santuario, Cristo el Dios adorado!
María el faro, Cristo el lugar de descanso;
¡María el espejo, Cristo la visión bendita!
María la Madre, Cristo el Hijo de la Madre.
Ambos siempre benditos por los tiempos sin fin. ¡Amén!
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