Tiempo de
Cuaresma, Jueves Santo,
Salterio II
LAUDES
Oración de la mañana
"Si el alma hace buen uso
de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
Él nos enseñó, por medio de sus preceptos,
que debemos redituarle frutos
de todas las virtudes
que sembró en nosotros al crearnos".
de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
Él nos enseñó, por medio de sus preceptos,
que debemos redituarle frutos
de todas las virtudes
que sembró en nosotros al crearnos".
San Columbano.
Toda su temática
alude al despertar
y a su equivalencia simbólica con la resurrección.
En las comunidades religiosas, el horario habitual es las 7 de la mañana,
aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida:
lo normal es entre 6 y 10 hs.
y a su equivalencia simbólica con la resurrección.
En las comunidades religiosas, el horario habitual es las 7 de la mañana,
aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida:
lo normal es entre 6 y 10 hs.
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Invitatorio
Cuando Laudes es la
primera oración litúrgica de la mañana se puede agregar el salmo Invitatorio antes
del himno.
Si no, † se hace la señal de la cruz mientras se dice:
Si no, † se hace la señal de la cruz mientras se dice:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Se añade el Salmo del Invitatorio con su antífona:
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Salmo del Invitatorio
El salmo 94 puede sustituirse por el 99, el 66 o el
24. En tal caso,
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
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Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Salmo 94 Invitación a la Alabanza Divina
Anímense unos a otro, día tras día, mientras perdura el hoy. Heb 3, 13
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
El salmo 94 puede
sustituirse por el 99, el 66 o el 24. En tal caso,
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
Ant. A Cristo, el Señor,
que
por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Salmo 99: Alegría de los que entran en el templo
El Señor manda que los redimidos entonen un
himno de victoria (S. Atanasio)
Se recita la antífona que corresponda y la asamblea
la repite.
Aclama al Señor, tierra entera,
sirvan al Señor con alegría,
entren en su presencia con vítores.
Se repite la antífona.
Sepan que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Se repite la antífona.
Entren por sus puertas con acción de
gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
Se repite la antífona.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Se repite la antífona.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. A Cristo, el Señor,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. A Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor
Sepan que la salvación de Dios se envía a
los gentiles (Hch 28, 28)
Ant. 1 A
Cristo, el Señor,
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor,
que
por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Ant. A Cristo, el Señor,
que
por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
Salmo 24: Entrada solemne de Dios en su templo
Las puertas del cielo se abren ante Cristo
que, como hombre, sube al cielo (S. Ireneo)
Se recita la antífona que corresponda y la
asamblea la repite.
Del Señor es la tierra y cuanto la
llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
Se repite la antífona.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
Se repite la antífona.
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Se repite la antífona.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia. Dios de Jacob.
Se repite la antífona.
¡Portones!, alcen los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
Se repite la antífona.
¡Portones!, alcen los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. A Cristo, el Señor,
que
por nosotros fue tentado y por nosotros murió, vengan, adorémosle.
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Himno: No me mueve, mi Dios, para quererte.
No me mueve, mi Dios, para quererte
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes
prometido;
ni me mueve el infierno
tan temido
para dejar por eso de
ofenderte.
Tú me mueves, Señor,
muéveme el verte
clavado en una cruz y
escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan
herido,
muéveme tus afrentas y tu
muerte.
Muéveme, en fin, tu amor,
y en tal manera,
que, aunque no hubiera
cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera
infierno, te temiera.
No tienes que darme porque te quiera;
pues, aunque cuanto espero
no esperara,
lo mismo que te quiero te
quisiera. ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Mira, Señor, y contempla que estoy en peligro, respóndeme en seguida.
Salmo 79: Ven a visitar tu Viña.
Ven, Señor Jesús. (Apoc 22, 20)
Pastor de Israel, escucha,
Ant 1. Mira, Señor, y contempla que estoy en peligro, respóndeme en seguida.
Salmo 79: Ven a visitar tu Viña.
Ven, Señor Jesús. (Apoc 22, 20)
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a
un rebaño;
tú que te sientas sobre
querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y
Manasés;
despierta tu poder y ven a
salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Señor Dios de los
ejércitos,
¿hasta cuándo estarás
airado
mientras tu pueblo te
suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las
disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se
burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos,
restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles,
y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y
echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las
montañas,
y sus pámpanos, los cedros
altísimos;
extendió sus sarmientos
hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran
Río.
¿Por qué has derribado su
cerca
para que la saqueen los
viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las
alimañas?
Dios de los ejércitos,
vuélvete:
mira desde el cielo,
fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra
plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han
prendido fuego:
con un bramido hazlos
perecer.
Que tu mano proteja a tu
escogido,
al hombre que tú
fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que
invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los
ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Mira, Señor, y contempla que estoy en peligro, respóndeme en seguida.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Mira, Señor, y contempla que estoy en peligro, respóndeme en seguida.
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Ant 2. Anuncien a
toda la tierra que el señor hizo proezas.
Cantico - Is 12, 1-6: Accion de Gracias del Pueblo Salvado
El que tenga Sed que venga a mi y beba. (Jn 7, 37)
Te doy gracias, Señor,
Cantico - Is 12, 1-6: Accion de Gracias del Pueblo Salvado
El que tenga Sed que venga a mi y beba. (Jn 7, 37)
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado
contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi
poder
es el Señor, él fue mi salvación.
es el Señor, él fue mi salvación.
Y sacarán aguas con gozo
de las fuentes de la
salvación.
Aquel día, dirán: Den gracias
al Señor,
invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus
hazañas,
proclamen que su nombre es
excelso.
Tañan para el Señor, que
hizo proezas;
anúncienlas a toda la
tierra;
griten jubilosos,
habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio
de ti
el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Anuncien a toda la tierra que el señor hizo proezas.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Anuncien a toda la tierra que el señor hizo proezas.
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Ant 3. Aclamen a Dios,
nuestra fuerza.
Salmo 80 - Renovación de la Alianza.
Miren que no tenga nadie un corazón malo e incrédulo. (Heb. 3, 12).
Salmo 80 - Renovación de la Alianza.
Miren que no tenga nadie un corazón malo e incrédulo. (Heb. 3, 12).
Aclamen a Dios, nuestra fuerza;
den vítores al Dios de
Jacob:
acompañen, toquen los
panderos,
las cítaras templadas y
las arpas;
toquen la trompeta por la
luna nueva,
por la luna llena, que es
nuestra fiesta;
porque es una ley de
Israel,
un precepto del Dios de
Jacob,
una norma establecida para
José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje
desconocido:
«Retiré sus hombros de la
carga,
y sus manos dejaron la
espuerta.
Clamaste en la aflicción,
y te libré,
te respondí oculto entre
los truenos,
te puse a prueba junto a
la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy
testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases,
Israel!
No tendrás un dios
extraño,
no adorarás un dios
extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de
Egipto;
abre tu boca y yo la
saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó
mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón
obstinado,
para que anduviesen según
sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi
pueblo
y caminase Israel por mi
camino!:
en un momento humillaría a
sus enemigos
y volvería mi mano contra
sus adversarios;
los que aborrecen al Señor
te adularían,
y su suerte quedaría
fijada;
te alimentaría con flor de
harina,
te saciaría con miel
silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Aclamen a Dios, nuestra fuerza.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Aclamen a Dios, nuestra fuerza.
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Lectura Breve Hb
2, 9b-10
Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte.
Así, por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos.
Pues como quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas,
llevar un gran número de hijos a la gloria, convenía ciertamente
que perfeccionase por medio del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.
Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte.
Así, por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos.
Pues como quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas,
llevar un gran número de hijos a la gloria, convenía ciertamente
que perfeccionase por medio del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.
Responsorio Breve
V. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
V. De entre toda raza, lengua, pueblo y nación.
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
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V. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
V. De entre toda raza, lengua, pueblo y nación.
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Nos has comprado, Señor, por tu sangre.
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Cántico
Evangélico
Ant. Con verdadero anhelo
he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de padecer.
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Con verdadero anhelo
Ant. Con verdadero anhelo
he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de padecer.
Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Con verdadero anhelo
he deseado comer esta Pascua con
ustedes antes de padecer.
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Preces
Oremos a Cristo, Sacerdote eterno, a quien el Padre ungió con el Espíritu Santo,
para que proclamara la redención a los cautivos, y digámosle:
Oremos a Cristo, Sacerdote eterno, a quien el Padre ungió con el Espíritu Santo,
para que proclamara la redención a los cautivos, y digámosle:
R./ Señor, ten
piedad.
Tú que subiste a Jerusalén
para sufrir la pasión y entrar así en la gloria,
- conduce a tu
Iglesia a la Pascua eterna.
Tú que, elevado en la
cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado,
- sana nuestras
heridas.
Tú que convertiste el
madero de la cruz en árbol de vida,
- haz que los
renacidos en el bautismo
gocen de la abundancia de los frutos de este árbol.
gocen de la abundancia de los frutos de este árbol.
Tú que, clavado en la
cruz, perdonaste al ladrón arrepentido,
- perdónanos
también a nosotros, pecadores.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Como Cristo nos enseñó,
pidamos al Padre que perdone nuestros pecados, diciendo:
- Padre Nuestro…
Oración
Dios nuestro, digno, con toda justicia, de ser amado sobre todas las cosas,
derrama sobre nosotros los dones de tu gracia, para que la herencia celestial,
que la muerte de tu Hijo nos hace esperar confiadamente,
logre ser alcanzada por nosotros en virtud de su resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Dios nuestro, digno, con toda justicia, de ser amado sobre todas las cosas,
derrama sobre nosotros los dones de tu gracia, para que la herencia celestial,
que la muerte de tu Hijo nos hace esperar confiadamente,
logre ser alcanzada por nosotros en virtud de su resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se despide de la comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En el rezo individual o en una celebración comunitaria
presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
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Tiempo de
Cuaresma, Jueves Santo, Salterio II
VÍSPERAS
Oración de la
tarde
Sus motivos aluden
al fin del trabajo y del día activo,
y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor.
y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es
adecuado.
Los días que preceden a una Solemnidad no
tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas,
pero para los domingos y solemnidades,
que comienzan la tarde anterior y por lo tanto tienen dos vísperas:
las «primeras», que son la tarde anterior
(la del sábado, en el caso de un domingo),
y las «segundas»,
que son las de la propia tarde cronológica
(la tarde del domingo, siguiendo el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
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Invocación Inicial
V. Dios mío, ven en mi
auxilio.
R. ¡Señor, date prisa en socorrerme!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. ¡Señor, date prisa en socorrerme!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como
era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
__________________________________________________________________________________________________
Himno: En la
Cena del Cordero.
En la Cena del Cordero
y habiendo ya cenado,
acabada la figura,
comenzó lo figurado.
Por mostrar Dios a los
suyos
cómo está de amor llagado,
todas las mercedes juntas
en una las ha cifrado.
Pan y vino material
en sus manos ha tomado
y, en lugar de pan y vino,
cuerpo y sangre les ha
dado.
Si un bocado nos dio
muerte,
la vida se da en bocado;
si el pecado dio el
veneno,
el remedio Dios lo ha
dado.
Haga fiesta el cielo y
tierra
y alégrese lo criado,
pues Dios, no cabiendo en
ello,
en mi alma se ha encerrado.
¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. El primogénito
de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra
ha hecho de nosotros un reino para Dios, su Padre.
ha hecho de nosotros un reino para Dios, su Padre.
Salmo 71-I: Poder
Real del Mesías
Abriendo sus cofres le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mt. 2, 11)
Abriendo sus cofres le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mt. 2, 11)
Dios mío, confía tu juicio
al rey,
tu justicia al hijo de
reyes,
para que rija a tu pueblo
con justicia,
a tus humildes con
rectitud.
Que los montes traigan
paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los
humildes del pueblo,
socorra a los hijos del
pobre
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el
sol,
como la luna, de edad en
edad;
que baje como lluvia sobre
el césped,
como llovizna que empapa
la tierra.
Que en sus días florezca
la justicia
y la paz hasta que falte
la luna.
Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de
la tierra.
Que en su presencia se
inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan
el polvo;
que los reyes de Tarsis y
de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de
Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él
todos los reyes,
y que todos los pueblos le
sirvan.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El primogénito
de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra
ha hecho de nosotros un reino para Dios, su Padre.
ha hecho de nosotros un reino para Dios, su Padre.
________________________________________
Ant 2. Socorrerá el
Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Salmo 71-II: Poder
Real del Mesías
Por lo tanto, amando a Dios es como renovamos en nosotros su imagen. (San Columbano)
Por lo tanto, amando a Dios es como renovamos en nosotros su imagen. (San Columbano)
Él librará al pobre que
clamaba,
al afligido que no tenía
protector;
él se apiadará del pobre y
del indigente,
y salvará la vida de los
pobres;
él rescatará sus vidas de
la violencia,
su sangre será preciosa a
sus ojos.
Que viva y que le traigan
el oro de Saba;
él intercederá por el
pobre
y lo bendecirá.
Que haya trigo abundante
en los campos,
y ondee en lo alto de los
montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como
hierba del campo.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el
sol;
que él sea la bendición de
todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso
todas las razas de la tierra.
Bendito sea el Señor, Dios
de Israel,
el único que hace
maravillas;
bendito por siempre su
nombre glorioso,
que su gloria llene la
tierra.
¡Amén, amén!
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Socorrerá el
Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
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Ant 3. Los santos
vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron.
y por la palabra del testimonio que dieron.
Cántico - Ap 11,
17-18; 12, 10b-12a: El Juicio de Dios.
"Yo soy quien los condujo al jardín de la tierra para que gozaran sus bienes y comieran los mejores frutos." Jer, 2, 7
"Yo soy quien los condujo al jardín de la tierra para que gozaran sus bienes y comieran los mejores frutos." Jer, 2, 7
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y
el que eras,
porque has
asumido el gran poder
y comenzaste a
reinar.
Se
encolerizaron las naciones,
llegó tu
cólera,
y el tiempo de
que sean juzgados los muertos,
y de dar el
galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos
y a los que temen tu nombre,
y a los
pequeños y a los grandes,
y de arruinar
a los que arruinaron la tierra.
Ahora se
estableció la salud y el poderío,
y el reinado
de nuestro Dios,
y la potestad
de su Cristo;
porque fue
precipitado
el acusador de
nuestros hermanos,
el que los
acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le
vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la
palabra del testimonio que dieron,
y no amaron
tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estén
alegres, cielos,
y los que moran
en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Los santos
vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que
dieron.
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Lectura Breve Hb 13, 12-15
Jesús, para santificar con
su propia sangre al pueblo,
padeció la muerte fuera de la ciudad. Salgamos, pues,
hacia él fuera del campamento, cargando con su oprobio.
Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos buscando la futura.
Por medio de él ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza,
es decir, el tributo de los labios que van bendiciendo su nombre.
padeció la muerte fuera de la ciudad. Salgamos, pues,
hacia él fuera del campamento, cargando con su oprobio.
Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos buscando la futura.
Por medio de él ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza,
es decir, el tributo de los labios que van bendiciendo su nombre.
Responsorio
Breve
En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Ant. Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte.
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Cántico
Evangélico
Ant. Cuando estaban
cenando,
Jesús tomó pan, rezó la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos.
Jesús tomó pan, rezó la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos.
Cántico de María
- Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en El Señor
Proclama mi alma la
grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en
Dios, mi salvador;
porque ha mirado la
humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a
sus fieles
de generación en generación.
de generación en generación.
El hace proezas con su
brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los
poderosos
y enaltece a los humildes,
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los
colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su
siervo,
acordándose de su misericordia
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a
nuestros padres-
en favor de Abraham y su
descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Cuando estaban
cenando,
Jesús tomó pan, rezó la bendición, lo
partió y lo dio a sus discípulos.
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Preces
Adoremos a nuestro
Salvador, que en la última Cena,
la noche misma en que iba a ser entregado, confió a su Iglesia
la celebración perenne del memorial de su muerte y resurrección;
oremos, diciendo:
la noche misma en que iba a ser entregado, confió a su Iglesia
la celebración perenne del memorial de su muerte y resurrección;
oremos, diciendo:
R./ Santifica,
Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre.
Redentor nuestro,
concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión,
concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión,
- para que
consigamos la gloria de la resurrección.
Concédenos la protección
de tu Madre, consuelo de los afligidos,
- para poder
nosotros consolar a los que están atribulados,
mediante el consuelo con que tú nos consuelas.
mediante el consuelo con que tú nos consuelas.
Haz que tus fieles
participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida,
- para que se
manifiesten a los hombres los frutos de la salvación.
Tú que te humillaste,
haciéndote obediente hasta la muerte y una muerte de cruz,
- concede a tus
fieles obediencia y paciencia.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Haz que los difuntos sean
transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso,
- y a nosotros
concédenos también que un día participemos de su felicidad.
Unidos fraternalmente,
acudamos ahora al Padre de todos::
- Padre
nuestro...
Oración
Dios nuestro, que, para tu
mayor gloria y para la salvación del género humano,
has constituido a Jesucristo como sumo y eterno sacerdote,
haz que el pueblo que él conquistó con su sangre reciba plenamente,
al participar del memorial de su pasión,
los tesoros que dimanan de su muerte y resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
has constituido a Jesucristo como sumo y eterno sacerdote,
haz que el pueblo que él conquistó con su sangre reciba plenamente,
al participar del memorial de su pasión,
los tesoros que dimanan de su muerte y resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se despide de la
comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En el rezo individual o en
una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. En Paz
R. ¡Amén!
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Tiempo de
Cuaresma, Jueves Santo, Salterio II
COMPLETAS
Oración antes
del descanso nocturno
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Sus textos aluden al sueño, y a su equivalencia simbólica con la muerte. El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas- que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo, ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico, excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
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Invocación Inicial
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Examen de Conciencia (Fórmula 1)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes,
hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro
Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de
nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
Examen de Conciencia (Fórmula 2)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Señor, ten misericordia de nosotros.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.
Examen de Conciencia (Fórmula 3)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos:
Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
V. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten
piedad.
R. Cristo, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
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Himno: Cuando
llegó el instante de tu muerte.
Cuando llegó el instante
de tu muerte
inclinaste la frente hacia
la tierra,
como todos los mortales;
mas no eras tú el hombre
derribado,
sino el Hijo que muerto
nos contempla.
Cuando me llegue el
tránsito esperado
y siga sin retorno por mi
senda,
como todos los mortales,
el sueño de tu rostro será
lumbre
y tu gloria mi gloria
venidera.
El silencio sagrado de la
noche
tu paz y tu venida nos
recuerdan,
Cristo, luz de los
mortales;
acepta nuestro sueño
necesario
como secreto amor que a ti
se llega. ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Mi carne
descansa serena.
Salmo 15: Cristo
y sus Miembros Esperan la Resurrección.
Dios resucitó a Jesús, rompliendo las ataduras de la muerte. (Hech. 2, 24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Dios resucitó a Jesús, rompliendo las ataduras de la muerte. (Hech. 2, 24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al
Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y
señores de la tierra
no me
satisfacen.
Multiplican
las estatuas
de dioses
extraños;
no derramaré
sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus
nombres en mis labios.
El Señor es mi
heredad y mi copa;
mi suerte está
en tu mano:
me ha tocado
un lote hermoso,
me encanta mi
heredad.
Bendeciré al
Señor, que me aconseja,
hasta de noche
me instruye internamente.
Tengo siempre
presente al Señor,
con él a mi
derecha no vacilaré.
Por eso se me
alegra el corazón,
se gozan mis
entrañas,
y mi carne
descansa serena.
Porque no me
entregarás a la muerte,
ni dejarás a
tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás
el sendero de la vida,
me saciarás de
gozo en tu presencia,
de alegría
perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. ¡Amén!
Ant. Sé tú, Señor,
la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
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Lectura
Breve: 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la
paz les consagre totalmente
y que todo su ser, alma y cuerpo,
sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
y que todo su ser, alma y cuerpo,
sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
Responsorio
Breve
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
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Cántico
Evangélico
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de
Simeón Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu
promesa,
puedes dejar a tu siervo irse
en paz,
porque mis ojos han visto
a tu Salvador,
a quien has presentado
ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las
naciones
y gloria de tu pueblo
Israel.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
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Oración
Conclusiva
Humildemente te pedimos,
Señor, que después de haber celebrado en este día
los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno,
descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres
para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno,
descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres
para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
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Bendición
V. El Señor
todopoderoso
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!
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Antífona Final de la
Santísima Virgen (1)
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida,
dulzura y esperanza nuestra,
Dios
te salve.
A
ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a
ti suspiramos , gimiendo y llorando
en
este valle de lágrimas.
Ea,
pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve
a nosotros tus ojos misericordiosos,
y
después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto
bendito de tu vientre.
¡Oh
clemente, oh piadosa,
oh
dulce Virgen María!
Antífona
Final de la Santísima Virgen (2)
Bajo
tu amparo nos acogemos,
santa
Madre de Dios,
no
desprecies las oraciones
que
te dirigimos en nuestras necesidades,
antes
bien, líbranos de todo peligro,
oh
Virgen gloriosa y bendita.
Antífona
Final de la Santísima Virgen (3)
Madre
del Redentor,
Virgen
fecunda,
puerta
del cielo siempre abierta,
estrella
del mar,
ven
a librar al pueblo que tropieza
y
se quiere levantar.
Ante
la admiración de cielo y tierra,
engendraste
a tu santo Creador,
y
permaneces siempre virgen.
Recibe
el saludo del ángel Gabriel,
y
ten piedad de nosotros, pecadores.
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