LAUDES
Oración de la
mañana
"Si el alma hace buen
uso
de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
Él nos enseñó, por medio de sus preceptos,
que debemos redituarle frutos
de todas las virtudes
que sembró en nosotros al crearnos".
de las virtudes plantadas en ella,
entonces será de verdad semejante a Dios.
Él nos enseñó, por medio de sus preceptos,
que debemos redituarle frutos
de todas las virtudes
que sembró en nosotros al crearnos".
San Columbano.
Toda
su temática alude al despertar y a su equivalencia simbólica con la
resurrección.
En las comunidades religiosas, el horario habitual es las 7 de la mañana,
aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida: lo normal es entre 6 y 10 hs.
En las comunidades religiosas, el horario habitual es las 7 de la mañana,
aunque, naturalmente, se debe adaptar al propio ritmo de vida: lo normal es entre 6 y 10 hs.
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Invitatorio
Cuando Laudes es la
primera oración litúrgica de la mañana se puede agregar el salmo Invitatorio
antes del himno.
(se hace la señal de la cruz † mientras se dice:)
V. Señor abre mis labios †
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
(se hace la señal de la cruz † mientras se dice:)
V. Señor abre mis labios †
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Se añade el Salmo del
Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Vengan, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Salmo 94 - Invitación a la Alabanza Divina
Anímense unos a otro, día tras día, mientras perdura el hoy. Heb 3, 13
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Vengan, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Ant. Vengan, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Salmo 94 - Invitación a la Alabanza Divina
Anímense unos a otro, día tras día, mientras perdura el hoy. Heb 3, 13
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Vengan, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
El salmo
94 puede sustituirse por el 99, el 66 o el 24. En tal caso,
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
si el salmo escogido formara parte de la salmodia del día, se dirá en su lugar, en la salmodia, el salmo 94.
Ant. Vengan,
adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Salmo 99: Alegría de los que entran en el templo
El Señor manda que los
redimidos entonen un himno de victoria (S. Atanasio)
Se recita la antífona que
corresponda y la asamblea la repite.
Aclama al Señor, tierra entera,
sirvan al Señor con alegría,
entren en su presencia con vítores.
Se repite la antífona.
Sepan que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Se repite la antífona.
Entren por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
Se repite la antífona.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Se repite la antífona.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Vengan, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Vengan, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor
Sepan que la salvación de
Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28)
Ant. 1 ¡Den gracias al Señor,
porque es eterna su misericordia!
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vengan,
adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
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Salmo del Invitatorio (Opcional)
Se recita la antífona que
corresponda y la asamblea la repite.
Ant. Vengan,
adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Salmo 24: Entrada solemne de Dios en su templo
Las puertas del cielo se
abren ante Cristo que, como hombre, sube al cielo (S. Ireneo)
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
Se repite la antífona.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
Se repite la antífona.
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Se repite la antífona.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia. Dios de Jacob.
Se repite la antífona.
¡Portones!, alcen los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
Se repite la antífona.
¡Portones!, alcen los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Se repite la antífona.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Vengan, adoremos al Señor, porque él es
nuestro Dios.
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Himno: Crece la luz bajo tu hermosa mano.
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.
El hizo amanecer ante tus ojos
y enalteció la aurora,
cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es quien nos reanima y fortalece,
y hace posible el himno
que, ante las maravillas de tus manos,
cantamos jubilosos.
He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en la claridad de la mañana,
el signo de tu rostro.
Envía, Padre eterno, sobre el mundo
el soplo de tu Hijo,
potencia de tu diestra y primogénito
de todos los que mueren. ¡Amén!
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Himno Opcional: Comienzan los relojes.
Comienzan los
relojes
a maquinar sus
prisas;
y miramos el
mundo.
Comienza un
nuevo día.
Comienzan las
preguntas,
la intensidad,
la vida;
se cruzan los
horarios.
Qué red, qué
algarabía.
Mas tú, Señor,
ahora
eres calma
infinita.
Todo el tiempo
está en ti
como en una
gavilla.
Rezamos, te
alabamos,
porque existes,
avisas;
porque anoche en
el aire
tus astros se
movían.
Y ahora toda la
luz
se posó en
nuestra orilla. Amén.
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SALMODIA
Ant 1. Despierten, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56: Oración Matutina de un Afligido.
Ant 1. Despierten, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56: Oración Matutina de un Afligido.
Este salmo canta
la pasión del Señor (S. Agustín)
Misericordia, Dios mío, misericordia,
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se
refugia en ti;
me refugio a
la sombra de tus alas
mientras pasa
la calamidad.
Invoco al Dios
Altísimo,
al Dios que
hace tanto por mí:
desde el cielo
me enviará la salvación,
confundirá a
los que ansían matarme,
enviará su
gracia y su lealtad.
Estoy echado
entre leones
devoradores de
hombres;
sus dientes
son lanzas y flechas,
su lengua es
una espada afilada.
Elévate sobre
el cielo, Dios mío,
y llene la
tierra tu gloria.
Han tendido
una red a mis pasos
para que
sucumbiera;
me han cavado
delante una fosa,
pero han caído
en ella.
Mi corazón
está firme, Dios mío,
mi corazón
está firme.
Voy a cantar y
a tocar:
despierta,
gloria mía;
despertad,
cítara y arpa;
despertaré a
la aurora.
Te daré
gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti
ante las naciones:
por tu bondad,
que es más grande que los cielos;
por tu
fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre
el cielo, Dios mío,
y llene la
tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Despierten, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Despierten, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
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Ant 2. «Mi pueblo se
saciará de mis bienes», dice el Señor.
Cantico - Jr 31, 10-14: Felicidad del Pueblo Redimido.
Jesús iba a morir... para reunir a los hijos de Dios dispersos (Jn 11,51.52)
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor,
Cantico - Jr 31, 10-14: Felicidad del Pueblo Redimido.
Jesús iba a morir... para reunir a los hijos de Dios dispersos (Jn 11,51.52)
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor,
anúncienla en las islas
remotas:
«El que dispersó a
Israel lo reunirá,
lo guardará como un
pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió
a Jacob,
lo rescató de una mano
más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones
a la altura de Sión,
afluirán hacia los
bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino
y el aceite,
y los rebaños de ovejas
y de vacas;
su alma será como un
huerto regado,
y no volverán a
desfallecer.
Entonces se alegrará la
doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y
los viejos;
convertiré su tristeza
en gozo,
los alegraré y aliviaré
sus penas;
alimentaré a los
sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará
de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
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Ant 3. Grande es el Señor y muy
digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Salmo 47: Himno a la Gloria de Jerusalén.
Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén (Ap 21,10)
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro
Dios,
su monte santo, altura
hermosa,
alegría de toda la
tierra:
el monte Sión, vértice
del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un
alcázar.
Miren: los reyes se
aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron
aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un
temblor
y dolores como de parto;
como un viento del
desierto,
que destroza las naves
de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo
hemos visto
en la ciudad del Señor
de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro
Dios:
que Dios la ha fundado
para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu
misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh
Dios!, tu alabanza
llega al confín de la
tierra;
tu diestra está llena de
justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se
gozan
con tus sentencias.
Den la vuelta en torno a
Sión,
contando sus torreones;
fíjense en sus
baluartes,
observen sus palacios,
para poder decirle a la
próxima generación:
«Este es el Señor,
nuestro Dios.»
Él nos guiará por
siempre jamás
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
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Lectura Breve: Is 66, 1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies:
¿Qué templo podrán construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso?
Todo esto lo hicieron mis manos, todo es mío -oráculo del Señor-.
En ése pondré mis ojos:
en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
Responsorio Breve
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies:
¿Qué templo podrán construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso?
Todo esto lo hicieron mis manos, todo es mío -oráculo del Señor-.
En ése pondré mis ojos:
en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
Responsorio Breve
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo
corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. ¡Respóndeme, Señor!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
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V. Guardaré tus leyes.
R. ¡Respóndeme, Señor!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
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Cántico Evangélico
Ant. . Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías - Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
† Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ant. . Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías - Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
† Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.
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por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.
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Preces
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y supliquémosle diciendo:
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y supliquémosle diciendo:
R./ Bendícenos y
santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como
víctima por nuestros pecados,
- acepta los
deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la
claridad del nuevo día,
- sé tú mismo el
lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos
y comprensivos con los que nos rodean
- para que
logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos
escuchar tu gracia
- y que tu gozo
sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
- Padre Nuestro…
Oración
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar el día,
a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros
las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar el día,
a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros
las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se despide de la
comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En el rezo individual o en
una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga, †
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. En Paz.
R. ¡Amén!
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Tiempo Ordinario
Jueves de la Semana IV.
VÍSPERAS
Oración de la
tarde
Sus motivos aluden al fin del trabajo y del día
activo,
y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado.
Los días que preceden a una Solemnidad no tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas,
pero para los domingos y solemnidades,
que comienzan la tarde anterior y por lo tanto tienen dos vísperas:
y la equivalencia simbólica con la Venida del Señor.
Un horario entre las 7 y las 10 de la noche es adecuado.
Los días que preceden a una Solemnidad no tienen Vísperas.
Las «Primeras Vísperas» son la misma oración que Vísperas,
pero para los domingos y solemnidades,
que comienzan la tarde anterior y por lo tanto tienen dos vísperas:
las
«primeras», que son la tarde anterior
(la del sábado, en el caso de un domingo),
y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica
(la tarde del domingo, sigue el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo
al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
(la del sábado, en el caso de un domingo),
y las «segundas», que son las de la propia tarde cronológica
(la tarde del domingo, sigue el mismo caso).
Evidentemente, el día anterior cede parte de su tiempo
al domingo o solemnidad y no tiene vísperas.
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Invocación Inicial
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † Dios mío, ven en mi auxilio.
R. ¡Señor, date prisa en socorrerme!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén! Aleluya!
por los siglos de los siglos. ¡Amén! Aleluya!
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Himno: El
trabajo, Señor, de cada día.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres
maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a
cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. ¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.
Salmo 29: Acción
de gracias por la curación de un enfermo en peligro de muerte.
Cristo, después de su gloriosa resurrección, da gracias al Padre (Casiano)
Cristo, después de su gloriosa resurrección, da gracias al Padre (Casiano)
Te ensalzaré, Señor,
porque me has librado
y no has dejado que mis
enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti
grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del
abismo,
me hiciste revivir cuando
bajaba a la fosa.
Tañan para el Señor,
fieles suyos,
den gracias a su nombre
santo;
su cólera dura un
instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el
llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me
aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el
polvo,
o va a proclamar tu
lealtad?
Escucha, Señor, y ten
piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en
danzas,
me desataste el sayal y me
has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin
callarse.
Señor, Dios mío, te daré
gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Señor, Dios
mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.
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Ant 2. Dichoso el
hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Salmo 31: Acción
de Gracias de un Pecador Perdonado.
David llama dichoso al hombre a quien Dios otorga la justificación prescindiendo de sus obras (Rm 4,6)
David llama dichoso al hombre a quien Dios otorga la justificación prescindiendo de sus obras (Rm 4,6)
Dichoso el que está
absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado
su pecado;
dichoso el hombre a quien
el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se
consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había
vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al
Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y
mi pecado.
Por eso, que todo fiel te
suplique
en el momento de la
desgracia:
la crecida de las aguas
caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me
libras del peligro,
me rodeas de cantos de
liberación.
Te instruiré y te enseñaré
el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No sean irracionales como
caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar
con freno y brida;
si no, no puedes
acercarte.
Los malvados sufren muchas
penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alégrense, justos, y gocen
con el Señor,
aclámenlo, los de corazón
sincero
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant 2. Dichoso el
hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
__________________________________________________________________
Ant 3. El Señor le
dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico - Ap 11,
17-18; 12, 10b-12a: El juicio de Dios
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y
el que eras,
porque has
asumido el gran poder
y comenzaste a
reinar.
Se
encolerizaron las naciones,
llegó tu
cólera,
y el tiempo de
que sean juzgados los muertos,
y de dar el
galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos
y a los que temen tu nombre,
y a los
pequeños y a los grandes,
y de arruinar
a los que arruinaron la tierra.
Ahora se
estableció la salud y el poderío,
y el reinado
de nuestro Dios,
y la potestad
de su Cristo;
porque fue
precipitado
el acusador de
nuestros hermanos,
el que los
acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le
vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la
palabra del testimonio que dieron,
y no amaron
tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto,
estad alegres, cielos,
y los que
moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant.
El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
__________________________________________________________________________________________________________________________
Lectura Breve: 1Pe
1, 6-9
Salten de júbilo,
aunque de momento tengan que sufrir un poco en diversas pruebas.
Así la pureza de su fe resultará más preciosa que el oro
-que, aun después de acrisolado por el fuego, perece-
y será para su alabanza y gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo.
A él no lo han visto, y lo aman; en él creen ahora, aunque no lo ven;
y se regocijarán con un gozo inefable y radiante,
al recibir el fruto de su fe, la salud de sus almas.
aunque de momento tengan que sufrir un poco en diversas pruebas.
Así la pureza de su fe resultará más preciosa que el oro
-que, aun después de acrisolado por el fuego, perece-
y será para su alabanza y gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo.
A él no lo han visto, y lo aman; en él creen ahora, aunque no lo ven;
y se regocijarán con un gozo inefable y radiante,
al recibir el fruto de su fe, la salud de sus almas.
Responsorio
Breve
V. Nos alimentó el
Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el
Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel
silvestre.
R. Con flor de harina.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nos alimentó el
Señor con flor de harina.
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Cántico
Evangélico
Ant. El Señor
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
Cántico de María
- Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en El Señor
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
† Proclama mi
alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en
Dios, mi salvador;
porque ha mirado la
humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a
sus fieles
de generación en generación.
de generación en generación.
El hace proezas con su
brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los
poderosos
y enaltece a los humildes,
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los
colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su
siervo,
acordándose de su misericordia
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a
nuestros padres-
en favor de Abraham y su
descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El Señor
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
__________________________________________________________________________________________________________________________
Preces
Invoquemos a Dios, nuestro
refugio y nuestra fortaleza, y digámosle:
R./ Escucha,
Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho
alianza con tu pueblo,
- haz que
recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor,
crezcan en la caridad
- y que los
fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y
avance según tus designios
- y que los que
lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a
tu mies
- para que tu
nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
A nuestros familiares y
bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
- y haz que
nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo
hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
- Padre nuestro...
Oración
Tú, Señor, que iluminas la
noche y haces que después de las tinieblas
amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora comienza,
nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día,
podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora comienza,
nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día,
podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
__________________________________________________________________________________________________________________________
Conclusión
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. ¡Amén!
Si se despide de la
comunidad añade:
V. Pueden ir en Paz.
R. ¡Demos gracias a Dios!
En el rezo individual o en
una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga, †
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. En Paz
R. ¡Amén!
__________________________________________________________________________________________________________________________
TO - Salterio 1 - Jueves de la Semana XIII.
COMPLETAS
Oración antes
del descanso nocturno
Sus
textos aluden al sueño, y a su equivalencia simbólica con la muerte.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana,
es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria,
lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha
con el desarrollo del calendario litúrgico, excepto el «aleluya»
al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana,
es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria,
lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha
con el desarrollo del calendario litúrgico, excepto el «aleluya»
al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
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Invocación Inicial
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Examen de Conciencia
(Fórmula 1)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
____________________________________________________________
Examen de Conciencia
(Fórmula 2)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Señor, ten
misericordia de nosotros. †
R. Porque hemos
pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu
salvación.
_____________________________________________________________
Examen de Conciencia
(Fórmula 3)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Tú que has sido
enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
V. Tú que has
venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten
piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Himno: Se inclina ya mi frente.
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos.
¡Amén!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa
serena.
Salmo 15: Cristo y sus
Miembros Esperan la Resurrección.
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2,24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2,24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú
eres mi bien.»
Los dioses y señores de
la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus
libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en
mis labios.
El Señor es mi heredad y
mi copa;
mi suerte está en tu
mano:
me ha tocado un lote
hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que
me aconseja,
hasta de noche me
instruye internamente.
Tengo siempre presente
al Señor,
con él a mi derecha no
vacilaré.
Por eso se me alegra el
corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa
serena.
Porque no me entregarás
a la muerte,
ni dejarás a tu fiel
conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero
de la vida,
me saciarás de gozo en
tu presencia,
de alegría perpetua a tu
derecha.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. ¡Amén!
Ant. Mi carne descansa
serena.
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Lectura
Breve: 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la
paz los consagre totalmente
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
Responsorio
Breve
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Cántico
Evangélico
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de
Simeón: Lc 2, 29-32
(se hace la señal de la cruz
mientras se comienza a recitar)
† Ahora, Señor,
según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo
irse en paz,
porque mis ojos han visto
a tu Salvador,
a quien has presentado
ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las
naciones
y gloria de tu pueblo
Israel.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Oración
Conclusiva
Señor, Dios
nuestro, concédenos un descanso tranquilo
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Bendición
V. El Señor
todopoderoso
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!
__________________________________________________________________________________________________________________________
Antífona Final de la
Santísima Virgen (1)
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y
esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos ,
gimiendo y llorando
en este valle de
lágrimas.
Ea, pues, Señora,
abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus
ojos misericordiosos,
y después de este
destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu
vientre.
¡Oh clemente, oh
piadosa, oh dulce Virgen María!
____________________________________________________________________________________________
Antífona Final de la Santísima Virgen (2)
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
____________________________________________________________________________________________
Antífona Final de la
Santísima Virgen (3)
Madre del
Redentor,
Virgen fecunda,
puerta del cielo
siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo
que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de
cielo y tierra,
engendraste a tu santo
Creador,
y permaneces siempre
virgen.
Recibe el saludo del
ángel Gabriel,
y ten piedad de
nosotros, pecadores.
____________________________________________________________________________________________
Antífona Final de la
Santísima Virgen (4)
Salve, Reina de los
cielos
y Señora de los
ángeles;
salve raíz, salve
puerta,
que dio paso a nuestra
luz.
Alégrate, virgen
gloriosa,
entre todas la más
bella;
salve, agraciada
doncella,
ruega a Cristo por
nosotros.
__________________________________________________________________________________________________________________________
COMPLETAS
Oración antes
del descanso nocturno
Sus
textos aluden al sueño, y a su equivalencia simbólica con la muerte.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico,
excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
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El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico,
excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
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Invocación Inicial
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Examen de Conciencia
(Fórmula 1)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
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Examen de Conciencia
(Fórmula 2)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Señor, ten
misericordia de nosotros. †
R. Porque hemos
pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu
salvación.
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Examen de Conciencia
(Fórmula 3)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Tú que has sido
enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
V. Tú que has
venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten
piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
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Himno: Se inclina ya mi frente.
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos.
¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa
serena.
Salmo 15: Cristo y sus
Miembros Esperan la Resurrección.
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2,24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2,24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú
eres mi bien.»
Los dioses y señores de
la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus
libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en
mis labios.
El Señor es mi heredad y
mi copa;
mi suerte está en tu
mano:
me ha tocado un lote
hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que
me aconseja,
hasta de noche me
instruye internamente.
Tengo siempre presente
al Señor,
con él a mi derecha no
vacilaré.
Por eso se me alegra el
corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa
serena.
Porque no me entregarás
a la muerte,
ni dejarás a tu fiel
conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero
de la vida,
me saciarás de gozo en
tu presencia,
de alegría perpetua a tu
derecha.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. ¡Amén!
Ant. Mi carne descansa
serena.
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Lectura
Breve: 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la
paz los consagre totalmente
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
Responsorio
Breve
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
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Cántico
Evangélico
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de
Simeón: Lc 2, 29-32
(se hace la señal de la cruz
mientras se comienza a recitar)
† Ahora, Señor,
según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo
irse en paz,
porque mis ojos han visto
a tu Salvador,
a quien has presentado
ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las
naciones
y gloria de tu pueblo
Israel.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
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Oración
Conclusiva
Señor, Dios
nuestro, concédenos un descanso tranquilo
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
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que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
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Bendición
V. El Señor
todopoderoso
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!
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Antífona Final de la
Santísima Virgen (1)
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y
esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos ,
gimiendo y llorando
en este valle de
lágrimas.
Ea, pues, Señora,
abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus
ojos misericordiosos,
y después de este
destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu
vientre.
¡Oh clemente, oh
piadosa, oh dulce Virgen María!
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Antífona Final de la Santísima Virgen (2)
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
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Antífona Final de la
Santísima Virgen (3)
Madre del
Redentor,
Virgen fecunda,
puerta del cielo
siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo
que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de
cielo y tierra,
engendraste a tu santo
Creador,
y permaneces siempre
virgen.
Recibe el saludo del
ángel Gabriel,
y ten piedad de
nosotros, pecadores.
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Antífona Final de la
Santísima Virgen (4)
Salve, Reina de los
cielos
y Señora de los
ángeles;
salve raíz, salve
puerta,
que dio paso a nuestra
luz.
Alégrate, virgen
gloriosa,
entre todas la más
bella;
salve, agraciada
doncella,
ruega a Cristo por
nosotros.
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COMPLETAS
Oración antes
del descanso nocturno
Sus
textos aluden al sueño, y a su equivalencia simbólica con la muerte.
El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico,
excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
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El mejor horario es aquel en que efectivamente vayamos a dormir enseguida.
Aunque hay una Completas para cada día de la semana, es costumbre -aceptada en las rúbricas-
que quienes desean rezarlas de memoria, lo hagan siempre con una de las dos Completas de domingo,
ya sea la de después de Primeras Vísperas o la de después de Segundas Vísperas.
Las Completas no tienen vinculación estrecha con el desarrollo del calendario litúrgico,
excepto el «aleluya» al final de las antífonas e invocaciones en tiempo pascual.
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Invocación Inicial
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. † Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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Examen de Conciencia
(Fórmula 1)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
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Examen de Conciencia
(Fórmula 2)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Señor, ten
misericordia de nosotros. †
R. Porque hemos
pecado contra ti.
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu
salvación.
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Examen de Conciencia
(Fórmula 3)
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada.
Después, se prosigue con la fórmula siguiente:
V. Tú que has sido
enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
V. Tú que has
venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten
piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
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Himno: Se inclina ya mi frente.
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos.
¡Amén!
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SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa
serena.
Salmo 15: Cristo y sus
Miembros Esperan la Resurrección.
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2,24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2,24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú
eres mi bien.»
Los dioses y señores de
la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus
libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en
mis labios.
El Señor es mi heredad y
mi copa;
mi suerte está en tu
mano:
me ha tocado un lote
hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que
me aconseja,
hasta de noche me
instruye internamente.
Tengo siempre presente
al Señor,
con él a mi derecha no
vacilaré.
Por eso se me alegra el
corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa
serena.
Porque no me entregarás
a la muerte,
ni dejarás a tu fiel
conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero
de la vida,
me saciarás de gozo en
tu presencia,
de alegría perpetua a tu
derecha.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. ¡Amén!
Ant. Mi carne descansa
serena.
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Lectura
Breve: 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la
paz los consagre totalmente
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
Responsorio
Breve
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
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Cántico
Evangélico
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Cántico de
Simeón: Lc 2, 29-32
(se hace la señal de la cruz
mientras se comienza a recitar)
† Ahora, Señor,
según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo
irse en paz,
porque mis ojos han visto
a tu Salvador,
a quien has presentado
ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las
naciones
y gloria de tu pueblo
Israel.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
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Oración
Conclusiva
Señor, Dios
nuestro, concédenos un descanso tranquilo
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
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que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. ¡Amén!
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Bendición
V. El Señor
todopoderoso
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!
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Antífona Final de la
Santísima Virgen (1)
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y
esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos ,
gimiendo y llorando
en este valle de
lágrimas.
Ea, pues, Señora,
abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus
ojos misericordiosos,
y después de este
destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu
vientre.
¡Oh clemente, oh
piadosa, oh dulce Virgen María!
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Antífona Final de la Santísima Virgen (2)
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
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Antífona Final de la
Santísima Virgen (3)
Madre del
Redentor,
Virgen fecunda,
puerta del cielo
siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo
que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de
cielo y tierra,
engendraste a tu santo
Creador,
y permaneces siempre
virgen.
Recibe el saludo del
ángel Gabriel,
y ten piedad de
nosotros, pecadores.
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Antífona Final de la
Santísima Virgen (4)
Salve, Reina de los
cielos
y Señora de los
ángeles;
salve raíz, salve
puerta,
que dio paso a nuestra
luz.
Alégrate, virgen
gloriosa,
entre todas la más
bella;
salve, agraciada
doncella,
ruega a Cristo por
nosotros.
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