sábado, 16 de febrero de 2019

Liturgia de las Horas - Latinoamérica - Sábado, 1ra Semana

Sábado de la Primera Semana


LAUDES
Oración de la mañana

  

"En la Eternidad éramos;
al nacer comenzamos a existir.
Existir es ser en el tiempo.

Y al morir dejamos de existir, 
pero no dejamos de ser.

Somos seres espirituales
que vivimos 
una aventura terrenal".
Teilhard de Chardin






Invitatorio
(Si Laudes no es la primera oración del día se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza


Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Ant. Del Señor es la tierra y cuanto la llena; vengan, adorémosle.

Salmo 94 Invitación a la Alabanza Divina

Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.


Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.


Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.


Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, 

aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años 
aquella generación me repugnó,
y dije: Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!


Ant. Del Señor es la tierra y cuanto la llena; vengan, adorémosle.


Himno: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche y estrenamos la aurora;
saludamos el gozo de la luz que nos llega
resucitada y resucitadora.

Tu mano acerca el fuego a la tierra sombría,
y el rostro de las cosas se alegra en tu presencia;
silabeas el alba igual que una palabra,
tú pronuncias el mar como sentencia.

Regresa, desde el sueño, el hombre a su memoria,
acude a su trabajo, madruga a sus dolores;
le confías la tierra, y a la tarde la encuentras
rica de pan y amarga de sudores.

Y tú te regocijas, oh Dios, y tú prolongas
en sus pequeñas manos tus manos poderosas,
y están de cuerpo entero los dos así creando,
los dos así velando por las cosas.

¡Bendita la mañana que trae la noticia
de tu presencia joven, en gloria y poderío,
la serena certeza con que el día proclama
que el sepulcro de Cristo está vacío!  ¡Amén!

SALMODIA

Ant 1.
Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.

Salmo 118, 145-152  - Te invoco de todo Corazón.

Te invoco de todo corazón;
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.

Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.

Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.


Ant 2. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.

Cantico - Ex 15, 1-4. 8-13. 17-18: 

                     Himno a Dios, después de la Victoria del Mar Rojo

Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.

Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».

Los carros del faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar rojo a sus mejores capitanes.

Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar.

Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano.»

Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo en las aguas formidables.

¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tú, terrible entre los santos,
temibles por tus proezas, autor de maravillas?

Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;
guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.

Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.

Ant 3. Alaben al Señor, todas las naciones.

Salmo 116 - Invitación Universal a la Alabanza Divina.

Alaben al Señor, todas las naciones,
aclámenlo, todos los pueblos:

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Alaben al Señor, todas las naciones.

Lectura Breve   2Pe 1, 10-11
Hermanos, pongan más empeño todavía
en consolidar su vocación y elección.
Si hacen así, nunca jamás tropezarán;
de este modo se les concederá generosamente
la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y salvador Jesucristo.

Responsorio Breve

V. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.


V. Mi heredad en el país de la vida.
R. Tú eres mi refugio.


V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.


Cántico Evangélico

Ant.
Ilumina, Señor, 
        a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte.

Cántico de Zacarías- Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor  

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño,
te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Ilumina, Señor, 
         a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte.

Preces
Bendigamos a Cristo que para ser ante Dios
el pontífice misericordioso y fiel de los hombres
se hizo en todo semejante a nosotros, y supliquémosle diciendo
R:/ Muéstranos, Señor, los tesoros de tu amor.

Señor, sol de justicia, que nos iluminaste en el bautismo,
- te consagramos este nuevo día.

Que sepamos bendecirte en cada uno de los momentos de nuestra jornada,
- y glorifiquemos tu nombre con cada una de nuestras acciones.

Tú que tuviste por madre a María, siempre dócil a tu palabra,
- encamina hoy nuestros pasos para que obremos también como ella según tu voluntad.

Haz que mientras vivimos aún en este mundo que pasa anhelemos la vida eterna,
- y por la fe, la esperanza y el amor vivamos ya contigo en tu reino.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con la misma confianza que tienen los hijos con su padre, 
acudamos nosotros a nuestro Dios, diciéndole:
- Padre Nuestro…

Oración
Te pedimos, Señor, que la claridad de la resurrección de tu Hijo
ilumine las dificultades de nuestra vida;
que no temamos ante la oscuridad de la muerte
y podamos llegar un día a la luz que no tiene fin.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Conclusión

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!


Sábado de la Primera Semana



VÍSPERAS
Oración de la tarde



Invocación Inicial

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
     ¡Amén. Aleluya!

Himno: ¿Quién es éste que viene?

¿Quién es éste que viene,
recién atardecido,
cubierto por su sangre
como varón que pisa los racimos?

Éste es Cristo, el Señor, que venció nuestra muerte
con su resurrección.

¿Quién es este que vuelve,
glorioso y malherido,
y, a precio de su muerte,
compra la paz y libra a los cautivos?

Éste es Cristo, el Señor, que venció nuestra muerte
con su resurrección.

Se durmió con los muertos,
y reina entre los vivos;
no le venció la fosa,
porque el Señor sostuvo a su elegido.

Este es Cristo, el Señor, que venció nuestra muerte
con su resurrección.

Anuncien a los pueblos qué han visto y oído;
aclamen al que viene
como la paz, bajo un clamor de olivos.

Este es Cristo, el Señor, que venció nuestra muerte
con su resurrección. ¡Amén!


SALMODIA


Ant 1. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. ¡Aleluya!

Salmo 118, 105-112: - Himno a la Ley Divina.

Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.

Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.

Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. ¡Aleluya!


Ant 2. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. ¡Aleluya!

Salmo 15: Cristo y sus Miembros Esperan la Resurrección.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. ¡Aleluya!.


Ant 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra. ¡Aleluya!

Cántico - Flp 2, 6-11: Cristo, Siervo de Dios, En su Misterio Pascual.

Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra. ¡Aleluya!

Lectura Breve   Col 1, 3-6a
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento, rezando por ustedes, al oír hablar de su fe en Jesucristo
y del amor que tienen a todos los santos,
por la esperanza que os está reservada en los cielos,
sobre la cual oyeron hablar, por la palabra verdadera de la Buena Noticia,
que se les hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo
igual que entre ustedes.

Responsorio Breve

V. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

V. Y ha hecho de nosotros reino y sacerdotes para el Dios y Padre suyo.
R. Aalabado sea el nombre del Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

Cántico Evangélico

Ant. Dichosos ustedes, los pobres, porque su es el reino de Dios.
        Dichosos los que ahora padecen hambre, porque serán saciados.

Cántico de María - Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en El Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Dichosos ustedes, los pobres, porque su es el reino de Dios.
        Dichosos los que ahora padecen hambre, porque serán saciados.


Preces
Demos gracias al Señor que ayuda y protege al pueblo que se ha escogido como heredad, y recordando su amor para con nosotros supliquémosle diciendo:
R:/ Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.

Padre lleno de amor, te pedimos por el papa Francisco y por nuestro obispo N.;
- protégelos con tu fuerza y santifícalos con tu gracia.

Que los enfermos vean en sus dolores una participación de la pasión de tu Hijo,
- para que así tengan también parte en su consuelo.

Mira con piedad a los que no tienen techo donde cobijarse
- y haz que encuentren pronto el hogar que desean.

Dígnate dar y conservar los frutos de la tierra
- para que a nadie falte el pan de cada día.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Señor, ten piedad de los difuntos
- y ábreles la puerta de tu mansión eterna.

Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó:
- Padre nuestro...

Oración
Oh Dios, has prometido permanecer con los rectos y sinceros de corazón; concédenos vivir de tal manera que merezcamos tenerte siempre con nosotros.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Conclusión

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!





Sábado de la Primera Semana

COMPLETAS
Oración antes del descanso nocturno



Invocación Inicial

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
     ¡Amén. Aleluya!

Examen de Conciencia

V. Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
     reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
     perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Himno: Se inclina ya mi frente.

Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.

Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.

Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos. ¡Amén!


SALMODIA

Ant 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.

Salmo 4 - Acción de Gracias.

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.

Y ustedes, ¿hasta cuándo ultrajarán mi honor,
amarán la falsedad y buscarán el engaño?
Sépanlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.

Tiemblen y no pequen, reflexionen
en el silencio de su lecho;
ofrezcan sacrificios legítimos
y confíen en el Señor.

Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»

Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.

En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.



Ant 2. Durante la noche, bendigan al Señor.

Salmo 133 - Oración Vespertina en el Templo

Y ahora bendigan al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasan la noche
en la casa del Señor:

Levanten las manos hacia el santuario,
y bendigan al Señor.

El Señor te bendiga desde Sión:
el que hizo cielo y tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Durante la noche, bendigan al Señor.

Lectura Breve:   Dt 6, 4-7
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno.
Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón,
con toda el alma, con todas las fuerzas.
Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria;
se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas
estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.

Responsorio Breve

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.



Cántico Evangélico

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
         para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

Cántico de Simeón       Lc 2, 29-32

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
         para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

Oración
Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, 
ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo 
nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. 
Que vive y reina por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Bendición

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!



Antífona Final de la Santísima Virgen

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.



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