miércoles, 13 de febrero de 2019

Liturgia de las Horas - Latinoamerica - Jueves 1ra Semana

Jueves de la 1ra semana - Del Común de un Mártir - Salterio I

SANTOS CIRILO, monje y METODIO, obispo. (MEMORIA)

Cirilo nació en Tesalónica y obtuvo en Constantinopla una excelente formación. Junto con su hermano Metodio, se trasladó a Moravia para predicar la fe cristiana. Ambos hermanos prepararon los textos litúrgicos en lengua eslava, escrito con los caracteres que luego se llamaron "cirílicos". Llamados a Roma, murió allí Cirilo el día 14 de febrero del año 869; Metodio fue ordenado obispo y marchó a Panonia, a la cual evangelizó incansablemente. Tuvo que sufrir mucho a causa de los envidiosos, pero los papas lo apoyaron. Murió el día 6 de abril de 885 en la ciudad de Velahrad (Checoslovaquia).


LAUDES (Oración de la mañana)

Invitatorio
V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

(Luego puede decirse el salmo del Invitatorio, con su antífona, como se indica al comienzo,
o, si se prefiere, omitido el salmo, se dice en seguida el himno.  Si el Oficio de Lectura se ha celebrado antes de Laudes, se comienza con la invocación mostrada en este formulario.  
Además de los himnos que aparecen aquí, sobre todo en las celebraciones con el pueblo, pueden usarse otros cantos oportunos y debidamente aprobados).

Ant. Vengan, adoremos a Cristo, Pastor Supremo.

Salmo 94: Invitación a la Alabanza Divina

Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.

Ojalá escuchen hoy su voz:
«No endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Vengan, adoremos a Cristo, Pastor Supremo.

Himno: Cristo, cabeza, rey de los pastores.

Cristo, cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta a la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.

Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia
jefe del pueblo.

El fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común, presencia providente,
todo de todos.

Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. ¡Amén!



SALMODIA

Ant 1.
Despierta, cítara y arpa; despertaré a la aurora.

Salmo 56 - Oración Matutina de un afligido.

Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.

Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.

Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.

Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.

Mi corazón está firme,
Dios mío, mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad,
que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad,
que alcanza a las nubes.

Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Despierta, cítara y arpa; despertaré a la aurora.

Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.

Cántico Jr 31, 10-14: Felicidad del Pueblo Redimido

Escuchen, pueblos, la palabra del Señor,
anúncienla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»

Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.

Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.

Salmo 47 - Himno a la Gloria de Jerusalén

Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:

el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.

Miren: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;

allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.

Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.

¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!,
tu alabanza llega al confín de la tierra;

tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá
se gozan con tus sentencias.

Den la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fíjense en sus baluartes,
observen sus palacios,

para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.

LECTURA BREVE   Hb 13, 7-9a
Acuérdense de aquellos superiores suyos
que les expusieron la palabra de Dios:
reflexionando sobre el desenlace de su vida, imiten su fe.
Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre.
No se dejen extraviar por doctrinas llamativas y extrañas.

RESPONSORIO BREVE

V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas

V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sirvieron al Señor con santidad y justicia todos los días de su vida.

Cántico de Zacarías Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor      

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Sirvieron al Señor con santidad y justicia todos los días de su vida.

PRECES

Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas,
y supliquémosle diciendo:

R./ Apacienta a tu pueblo, Señor.

Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores
nos has revelado tu misericordia y tu amor,
- haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.

Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores
sigues siendo el único pastor de tu pueblo,
- no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.

Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores
eres el médico de los cuerpos y de las almas,
- haz que nunca falten en tu Iglesia
   los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa.


Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia
con la prudencia y el amor de los santos,
- haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:

Padre nuestro...

Oración
Tú, Señor, que por medio de los santos hermanos Cirilo y Metodio
iluminaste con la luz del Evangelio a las naciones eslavas, 
haz que nosotros, unidos en la confesión de la fe verdadera, 
demos al mundo, por nuestra unidad, testimonio del nombre cristiano.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Conclusión

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!


______________________________________________________________________________________________


VÍSPERAS (Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Himno: Cantemos al Señor con alegría.

Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.

Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.

Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.

Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores. ¡Amén!


SALMODIA

Ant 1.
Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Salmo 29 - Acción de Gracias por la curación de un enfermo en peligro de muerte

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.

Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Tañan para el Señor, fieles suyos,
den gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante; su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto, por la mañana, el júbilo.

Yo pensaba muy seguro: «No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro, y quedé desconcertado.

A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa?

¿Te va a dar gracias el polvo, o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme.»

Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Salmo 31 - Acción de Gracias de un pecador perdonado

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto un fruto seco.

Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.

Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.

No sean irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.

Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor, la misericordia lo rodea.

Alégrense, justos, y gocen con el Señor,
aclámenlo, los de corazón sincero.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a: El juicio de Dios

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones, llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estén alegres, cielos, y los que moran en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

LECTURA BREVE   1Pe 5, 1-4
A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos,
testigo de los sufrimientos de Cristo
y partícipe de la gloria que va a descubrirse,
los exhorto: Sean pastores
del rebaño de Dios a su cargo,
gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere,
no por sórdida ganancia, sino con generosidad,
no como dominadores sobre la heredad de Dios,
sino convirtiéndose en modelos del rebaño.
Y, cuando aparezca el supremo Pastor,
recibirán la corona de gloria que no se marchita.

RESPONSORIO BREVE

V. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

V. Nos refinaste como refinan la plata.
R. el que ora mucho por su pueblo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Éstos son los santos gloriosos que llegaron a ser amigos de Dios
        y fueron pregoneros insignes de la palabra divina.


Cántico de María Lc 1, 46-55. Alegría del Alma en el Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Éstos son los santos gloriosos que llegaron a ser amigos de Dios
        y fueron pregoneros insignes de la palabra divina.

PRECES
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres
en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:

R./ Salva a tu pueblo, Señor.

Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
- haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.

Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés
oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
- purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia
   por la intercesión de los santos.

Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
- llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.

Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
- no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre
   viva alejado de ti.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano,
- salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.

Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:

Padre nuestro...

Oración
Tú, Señor, que por medio de los santos hermanos Cirilo y Metodio
iluminaste con la luz del Evangelio a las naciones eslavas, 
haz que nosotros, unidos en la confesión de la fe verdadera, 
demos al mundo, por nuestra unidad, testimonio del nombre cristiano.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. ¡Amén!

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!


______________________________________________________________________________________________




COMPLETAS - (Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.   


EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, 
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!

Himno: Se inclina ya mi frente.

Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.

Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.

Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos. ¡Amén!

SALMODIA

Ant 1.
Mi carne descansa serena.

Salmo 15 - Cristo y sus miembros esperan la Resurrección.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Mi carne descansa serena.

LECTURA BREVE   1Ts 5, 23

Que el mismo Dios de la paz los consagre totalmente
y que todo su ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.

RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
         para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
        para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACION
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día;
así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre
con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

BENDICIÓN

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. ¡Amén!

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN

Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario